viernes, 27 de mayo de 2011

Un pasado feliz

Graecia capta ferum victorem cepit et artis intulit agresti Latio (Horacio)
Otro persona con nombre de miembro de un grupo vallenato, Quinto Horacio Flaco, dejó para la memoria una gran recuerdo de las sorpresas que genera la historia: la Grecia dominada por quienes luego fundarían el Imperio Romano conquistó culturalmente a Roma: les dio las artes al agreste Lazio, cuyos pobladores del momento se dedicaban con ardiente ímpetu a acabar hasta con el tendido de la perra de cuanto pueblo y civilización tomaban. Pasa frecuentemente en la historia, también en la historia personal, que grandes dramas acarrean grandes beneficios. 
En el caso de nuestras historias personales, muy frecuentemente esos "grandes dramas" son dramitas. Cuando miramos en nuestro pasado, descubrimos los vestigios de muchos pequeños eventos, ahora casi insignificantes, que en su tiempo nos parecieron terribles e insoportables. 
Otros eventos han podido tener consecuencias más significativas en nuestra vida pero no los podemos cambiar, por lo que no tiene sentido sufrir por ellos. 
Una gran amenaza de ambos (los dramitas y los dramas) es que nos lleven a hacer profecías sin ningún soporte objetivo pero con efectos bastante reales. El hecho de haber tenido seis relaciones emocionales bastante poco productivas en el pasado, no es una garantía que las siguientes seis sean iguales. Pero si me hago el pronóstico, seguro que me consigo otros subnormales para tener la docena. Construímos activamente nuestro mundo con nuestras ideas, también cuando hacemos pronósticos terribles y nos empeñamos en que se cumplan. 
El dolor autoprovocado -en este caso de forma casi inconsciente- no tiene mucho sentido (bueno, a no ser que a tí y a tu pareja les guste hacer de Batman y la Mujer Maravilla, con látigo y todo) Aprender de las experiencias pasadas no implica que deba sacarte lágrimas el recuerdo.
Para vivir bien el presente (que es lo único real) es importante pacificar nuestro pasado. Implica gozar de los buenos recuerdos. Te toca a tí mirarlos. En las historias personales de todos hay oro... y caquita. Pues depende de tí que dejes de chapotear en la caquita y comiences a gozar con el oro, así sea media onza.
En cierta forma es construir una gozosa experiencia Alzheimer: acordarme principalmente de lo bacano, de lo bueno, e incluirlo dentro de las razones que me dejan gozar el día.  racionalemotivo.blogspot.com

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