jueves, 9 de junio de 2011

Autobiografías funcionales

La forma misma de nuestras vidas -ese borrador preliminar de nuestra autobiografía que llevamos en la cabeza, sujeto a cambios incesantes - nos resulta comprensible a nosotros mismos y a los demás sólo en virtud de esos sistemas culturales de interpretación - Jerome Bruner.
Esta cita es un pilar de la psicología cultural. El notable Bruner introduce dos temas densos en pocas líneas. Comencemos por la "autobiografía preliminar". Nosotros mismos nos relatamos la historia de nuestra vida, estableciendo conexiones entre eventos que realmente son bastante independientes entre sí. Sobre esto hay mucha investigación en psicología de las narrativas: si alguien tiene un momento de notable insomnio, no deje de pedirme los pdf's (Erikson, Patsupani, Habermas, Bakhtin, McIntyre...)
Establecemos conexiones causales entre eventos que nos han ocurrido, y a partir de allí juzgamos nuestra vida como "fallida" o "victoriosa". Estos juicios globales pueden generar notable sufrimiento, además de ser poco proactivos. Si aceptamos que nuestra historia es negativa, sufrimos y además establecemos predicciones carentes de soporte. El hecho de haber tenido una terrible experiencia relacional no da soporte necesario para esperar que siempre ocurra así. Evidentemente puede ser importante establecer una evaluación psicológica e incluso un proceso que nos ayude a superar hábitos relacionales riesgosos, pero hacer predicciones, pues no tenemos la fuerza para establecer el 100% de posibilidades.
El otro punto que señala Bruner, son los sistemas culturales de interpretación. En nuestro entorno cercano, hay una cierta forma de valorar e interpretar el logro. En la medida en que nos movemos en contextos más exigentes, los logros se hacen más exigentes para ser aceptados como exitosos, y como por ósmosis se nos introduce un modo de calificar nuestros actos y realizaciones que puede llegar a ser deletéreo. Nada nos hace felices, porque nada nos parece suficiente.
Evidentemente no se trata de limitar nuestras posibilidades o ser conformistas, sino de ser felices con lo que tenemos ya, mientras construímos lo que nos hará felices mañana. Y así cada día. Aplazar la felicidad hasta "lograr mis metas" nos distrae de la verdadera meta: ser felices cada día, construyendo, trabajando, y aceptando que no somos perfectos, por lo que siempre seremos personas en construcción. - racionalemotivo.blogspot.com

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