jueves, 27 de octubre de 2011

Si, pero cómo.

The art of leadership is saying no, not saying yes. It is very easy to say yes. 
-Tony Blair
Mi política es responder a las propuestas con un si, pero cómo. Es decir, siempre podemos encontrar un posible acuerdo, pero es un acuerdo, con unas condiciones.
Los latinos -y no sólo- solemos padecer la presión de la culpa, asumiendo que siempre debemos decir que sí a las propuestas, y nos cuesta trabajo dejar claro que nuestra aprobación es posible, con unas condiciones muy específicas.
Es realmente muy fácil decir que sí, pero eso tiene unos precios altos y duraderos. Y si no se puede llegar a un acuerdo, que lástima, pero no. Así, clarito: No. Es lo que nos recuerda Blair. Decir sí es muy cómodo, muy fácil. Pero eso, no es liderar ni construir.
racionalemotivo.blogspot.com

miércoles, 26 de octubre de 2011

Liderando gente promedio

Nunca des una orden que no pueda ser obedecida
— Douglas MacArthur
Ya tenemos claro que, con pocas y honrosas excepciones, debemos liderar a nosotros mismos y en las organizaciones siendo gente promedio. Eso es lo real. Pues, el mundo está lleno de otras personas promedio, con las que debemos trabajar.
El líder de un equipo se enfrenta a rasgos culturales complejos en diversas partes del mundo. Algunos de esos ejemplos son más marcados en el mundo latino, pero frecuentemente están asociados a las ideas irracionales en el campo del emprendimiento. Veamos algunos ejemplos:
Preguntas por una solución, y la persona te responde exponiendo porqué "no se puede": Mover a alguien de la zona de comodidad y asumir riesgos es una tarea clave en el liderazgo de procesos. Si la persona no se siente defendida, no asumirá decisiones que potencialmente le afecten en su evaluación de desempeño (la de la empresa y de sí misma). Lógico que hay también motivos un poco más humanos... y algunos más cutres: Qué gano yo... o incluso el que simplemente no quiere trabajar. También de eso hay. Pero, muy frecuentemente, se trata de un real bloqueo mental sobre las posibilidades. En otros casos, hábitos consolidados.
El temor a decir que no: El típico personaje que dice que sí, y luego no hace, no responde correos y no llama por teléfono... hasta que el tema explota. Está relacionado con niveles muy bajos de tolerancia a la frustración. Así como el personaje anterior "pone las manos" preventivamente, éste siempre dice que sí, incluso cuando sabe que no puede o incluso simplemente no quiere.
Perfeccionismo y procrastinación: Este personaje sí que hace cosas. Pero, se reclama que todo debe ser perfecto, olvidando que en la vida real, ése es un objetivo pero no una posibilidad real. Entonces revisa, vuelve a revisar, aplaza, se agota en los detalles. Bonito ejemplo de una meta convertida en una sobre-demanda. Los procesos que están a su cargo se entorpecen, olvidando que lo bueno si breve, dos veces bueno. [racionalemotivo.blogspot.com]

martes, 25 de octubre de 2011

El liderazgo de nosotros los mediocres

No institution can possibly survive if it needs geniuses or supermen to manage it. It must be organized in such a way as to be able to get along under a leadership composed of average human beings. 
— Peter Drucker
Ninguna institución podría sobrevivir si necesitase genios para manejarla. No, debe ser hábil para construir bajo el liderazgo de personas promedio. ¡Menos mal! Porque la mayor parte de nosotros, somos personas promedio. Incluso promedio tirando para abajo. Más que eso, las personas que destacan en un campo, con frecuencia tienen deficiencias, incluso grandes, en otros.
Ese es nuestro mundo humano, personas promedio. Con errores, con límites. En algunas ocasiones, asumimos que no podemos tomar el timón de nuestra propia vida -primer paso para dirigir cualquier organización- porque no somos especiales, geniales, increíblemente dotados. Pues el gran Drucker nos lo advierte, eso no es lo más frecuente ni sería viable una organización que supusiera distinta la población.
Lógicamente hace falta seleccionar bien el personal y los líderes que colocas en la cabeza de un equipo o de un proceso: podrías tener excelentes tenores en el equipo de fútbol, y eso sería un error de gestión serio. Lo más frecuente, es que tengas algunos buenos jugadores y alguna estrella. Y la estrella quizá no sea el personaje ideal para liderar tu equipo de fútbol. La experiencia lo enseña continuamente. Las habilidades del líder son otras.
Para nuestra vida cotidiana, es importante que tengamos esto en la cabeza: podemos tener ideas sobre-demandantes que nos han llevado a no aferrar nuestro mando. Pues nada, no tienes excusa. Puedes tomar el timón de tu vida, en tu organización y en tu crecimiento personal. Y de hecho, no se trata de una opción, o tomas tú el timón, o quizá no lo tome nadie. racionalemotivo.blogspot.com

domingo, 23 de octubre de 2011

Venganzas auto-destructivas

An eye for an eye makes the whole world blind  
Mahatma Gandhi
No este este un activismo pacifista. Si soy activista de algo, es de lo práctico. Y en muchas ocasiones, las venganzas que aplicamos hacen más daño a nosotros mismos que a los demás. Veamos algún ejemplo de la dura vida diaria:
Te has sentido maltratado por el mundo, la gente, los amigos cercanos y entonces cierras facebook, borras gente de tu chat y no respondes el teléfono. 
En el fondo, hay varios objetivos poco conscientes en el fondo:
(1) Huir del dolor. El camino más fácil para evitar el dolor y las molestias que generan las relaciones con las personas es aislarse. Pero es una solución que funciona sólo a corto plazo y en entornos muy limitados, porque es casi imposible en la práctica evitar a todas las personas. Adicionalmente, y es quizá más importante, no es una estrategia constructiva, porque no crecemos ni aprendemos. Las habilidades sociales se aprenden como se aprende a patinar: dándose golpes contra el piso hasta que logramos, con ayuda técnica, entrenamiento y práctica, a mantenernos sobre los patines.
(2) Que los demás "noten" que me hirieron. Difícil meta. Si quieres que algo se sepa, dilo claramente. Mejor cuando estés más calmado, pero háblalo. Las personas, sobre todo los hombres, somos bastante malos para comprender lo que pasa por la cabeza de los demás. Mucho más complejo es comprender cómo determinada persona asumió una cierta situación.
(3) Que se den cuenta de lo que se pierden. Mmm... esta estrategia suele no funcionar. Primero, porque, perdóname ser tan claro, hay gente a paladas. Y cuando uno pierde a alguien valioso en su vida, le ayuda pensar que forma parte de la vida, que no puedes evitarlo y puedes centrarte en las otras personas que tienes un poco olvidadas. Por eso, suele ser muy práctico tener un grupo grande de gente a tu alrededor. Y es una mala estrategia dejar que tu valor personal esté asociado a que otros lo reconozcan.
Consejitos de peluquería: 
Organiza tu facebook, chat, messenger, etc... y en vez de ponerte a borrar gente (estrategia negativa) ponte a una tarea productiva: escribir y recontactar a esos que tienes medio olvidados. Descubrirás que hay más gente interesante en tu círculo cercano.
Dedícate un día a tí mismo/a. La primera persona que debe quererte eres tú misma.
Revisa tus aficiones: para divertirse con más gente, es muy útil saber que puedes divertirte tú sólo. Y te  puedes encontrar más gente, de otros círculos, en esos mundos que tenías sin visitar.
La mejor venganza es el olvido. Dedícate a tí, a los demás, a tus deportes y gustos... y hoy. Basta de pensar en lo que ya ocurrió, porque no lo puedes cambiar.
racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 21 de octubre de 2011

Hambre de Venganza

No hay venganza tan plena como el olvido
Josh Billings
Algunos de nuestros rasgos culturales son muy positivos. Otros, pueden ser bastantes tóxicos. Los latinos tenemos una cierta a ocupar nuestra mente en iras contra personas y alimentamos molestias porque no fuimos capaces de "responder" adecuadamente a alguien que en nuestra opinión nos ofendió, y buscamos desquitarnos en una próxima oportunidad. Eso, se llama más claramente deseo de venganza.
Con frecuencia, nos duele y pensamos que alguien "nos la hizo" y entonces, hemos sido unos tontos. En el fondo, está la idea que lo justo es el ojo por ojo. Que esa persona "debe" recibir su castigo.
Hay varios problemas asociados a estas ideas. Pienso que la primera dificultad es que cumplir estas "normas" de justicia es que una sociedad así nos resultaría insufrible. A punta de "ojo por ojo" quedaríamos todos ciegos.
Pero, una dificultad más frecuente y continua es que sufrimos por respuestas que no dimos en el pasado, por no haber quizá agredido a otro del modo como nosotros pensamos que nos agredieron. Y claro, muchas veces no podíamos o no debíamos responder de igual forma. Piénsalo bien, no nos conviene "retaliar" cada potencial ofensa que recibimos. En último análisis, no parece útil ni sensato agacharnos a morder a un perro.
Vamos por partes:
1. Muchas "ofensas" no lo son tanto. La persona que nos habla puede estar en una situación muy problemática y diversa a la nuestra. No tiene todo el control de la situación, como lo tenemos quizá nosotros, o al menos no tanto control como el nuestro.
2. No nos ofenden las cosas que nos dicen, sino lo que aceptamos que es cierto y además nos define como malos. Es una exageración. Un error o un límite nuestro nos hace humanos, no defectuosos.
3. Nuestras "venganzas" no pocas veces afectan más a nosotros que a los demás. Si yo saco de facebook a todos los que alguna vez se comportan de un modo que me parece injusto... me iré quedando con muy poca gente. Y si mis amigos me cobran cada tontería, pues imagínate.
Es un aspecto cultural muy arraigado... Volveremos al tema!
racionalemotivo.blogspot.com

miércoles, 19 de octubre de 2011

Escuchar sin sufrir

Tu opinión es muy importante. Ahora voy a pensar si a mí me importa. Leonardo Amaya
La experiencia escolar está llena de juicios duros que recibimos de los demás. Luego, en la vida cotidiana y laboral, no es extraño que nos enfrentemos a frases hasta cierto punto injustas y quizá indelicadas. Eso forma parte de la experiencia común.
En el colegio y en la vida luego de él, tendremos que enfrentarlas. No parece que haya escape fácil. Por supuesto puedes intentar evitarlas, disminuyendo el número de personas a las que tratas, pero la evasión suele funcionar sólo a corto plazo. Lo siento, esta es la vida. No puedes huir siempre porque hay un momento que te quedas aislado y dependiente de dos o tres personas sólamente. Y el problema no es que sean sólo dos, sino que dependes de ellas.
Las opiniones de los demás nos afectan cuando se cumplen dos condiciones: (1). Pensamos que son ciertas. (2). Pensamos que esa realidad es mala y nos califica como personas erradas.
Así, hay dos trampas, y aquí vienen los consejitos de peluquería, evalúa los siguientes puntos:
1. Muchas opiniones que nos aportan los demás son generalizaciones. Han tomado una parte de la historia, y a partir de ellas han creado una norma general.
2. Algunos puntos o sus aspectos pueden ser ciertos y señalarnos posibles campos a mejorar. Eso quiere decir que somos humanos, y tenemos defectos. Apunto lo que me dices, y voy a evaluar qué tanto me sirve, y me pongo a la tarea. Mientras tanto, sigo tan bueno como era ayer.
3. Tener un defecto o cometer un error no nos hace malos integralmente, ni fracasados, ni nada. No, nos convierte en personas que estamos trabajando para crecer. No se trata de rechazar las ocasiones de mejora, pero sí de establecer prioridades... y todos tenemos nuestros tiempos. Muchos de nuestros defectos no podemos resolverlos inmediatamente.
4. No tengo que ser como tú quieres. Ese no es el mundo real. Tengo derecho a meter la pata. Y también tengo que aceptar que algunas cosas deberé mejorarlas, porque no me convienen. Gracias por señalármelo.
5. Bacano que me comentes en lo que puedo mejorar. Pero, si quieres que te siga escuchando, tienes que entender que nada te da derecho a decirmelo como se te da la gana. Acepto las sugerencias en este formato: a, b, c, d... pon aquí tus condiciones. Si me lo quieres decir en el tono que tu quieres... entonces me tocará prescindir de tus consejos.
6. Pero... escucha. Quizá te han dicho eso de mala manera, pero eso no quiere decir que necesariamente estén equivocados. Quizá sí debes cambiar alguna cosita. Mientras tanto, eso no te hace una persona mala.
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martes, 18 de octubre de 2011

La ira no factura

Nunca escribas una carta cuando estás furioso
Proverbio Chino
Como todos sabemos, un buen ataque de ira -mejor si es fingido y plenamente falso- consigue algunas metas a corto plazo. Pero, también somos conscientes que la ira funciona sólo en breves y controladas dosis. El General Colin Powell tiene una recomendación muy práctica: Get mad, then get over it. Supéralo. Reconstruye y potencia lo que has logrado.
Algo más práctico aún: la verdadera reacción de ira es controlada. Así que... muy probablemente, la mejor reacción de ira es la falsa. La actuación digna del Oscar de la Academia. Entonces, la recomendación real es que no alimentes la ira. Y para eso, un buen toque de ideas realistas es importante.
La ira (no la molestia controlada por una situación que no nos gusta) proviene de una sobredemanda al mundo, a los demás o a tí mismo. Es al enfermedad de "el mundo / el / ella / yo debería ser como a mí se me da la gana". No: realismo. El mundo es como es. No tiene porqué gustarme en todos sus aspectos, pero que yo lo exija al borde de un ataque de apoplejía no lo cambia ni un ápice. La gente continuará como es, mi jefe / socio / subalterno no se moverá así (al menos no a largo plazo) y yo mismo me mantendré como estoy. Tengo que buscar otras estrategias.
Y esas estrategias funcionales las debo pensar y ejecutar con cabeza fría. A eso se refiere el proverbio: se nota que estás como una Hipa Mala de la furia (no tengo ni idea qué es una Hipa Mala, pero así dicen en la agreste Guajira colombiana)... y luego te toca hacerle frente a las tonterías que escribiste.
Así que realismo: el mundo es como es. Y no lo cambias con enfurecerte. Puedes mejorar algunos puntos, pero se trata de un trabajo progresivo, dispendioso y continuado. Esto es lo que hay. racionalemotivo.blogspot.com.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Lloriquear no factura

Lloriquear no factura. 
Yo mismo. 
Con frecuencia nos enfrentamos a situaciones que resultan incómodas en nuestra vida laboral y personal. Sufrimos, pensamos que el mundo es injusto y que nuestro día es una desgracia.
En ocasiones nos decimos que sentimos estar abatidos y cansados. Bien: eso no lo sentimos, eso lo pensamos. son ideas que pueden ser poco conscientes pero muy activas.
Y mientras estamos sufriendo, dispersamos nuestras energías en la inútil actividad de sufrir: esa fuerza que podríamos enplear en hacer hoy cosas que nos aporten a nuestro futuro. Peter Drucker lo decía con una frase que he citado varias veces: Deja de pensar en tus sentimientos, y ponte a hacer tu deber. Ese es un buen camino. racionalemotivo.blogspot.com

martes, 11 de octubre de 2011

Cuando el tóxico-en-mi contra-ataca

Comenzar es la mitad del camino
Aristóteles
Con frecuencia, tenemos momentos en nuestra vida en que sentimos que estamos arando en el mar. Primer error: eso no lo sentimos, eso lo pensamos. Quizá de modo poco consciente, pero hemos aceptado que las posibilidades de suceso son pocas.
Hay varios tipos de ideas irracionales que nos generan un pequeño o un grande envenenamiento de nuestra felicidad y de nuestro trabajo cotidiano. Estas ideas son sobre-demandas, lejanas a la realidad. Vamos a ver qué es lo real...
1. Nadie garantiza que tendremos éxito en todo lo que emprendamos. Algunas veces, y probablemente no pocas, fallaremos. Depende de mí que sea una ocasión de aprender, y luego de aceptarlo como parte de mi historia. Martirizarme por algo que ya pasó y no puedo cambiar no tiene sentido.
2. Muchos procesos importantes en nuestra vida reclaman variadas etapas, algunas exitosas y algunas fallidas. Esa es una realidad. Detenernos en un obstáculo, incluso fuerte, es una decisión improductiva que tomamos. En ocasiones, es una buena oportunidad para revisar si a lo mejor... toca tomar otro camino, buscar otras alternativas.
3. No es un drama volver a comenzar. Nosotros lo convertimos en un drama. Y vivir una telenovela de desgracias en general no ayuda a que emprendamos las tareas que debemos hacer.
4. No es "normal" sufrir porque algo no sale como esperamos. Es probable que nos preocupemos un poco, o sintamos algo de malestar. Pero no existe una norma general del universo que nos oblige a hundirnos en la miseria más absoluta cuando algo no sale como esperamos.
5. Fallar en un tema no nos convierte en unos fracasos totales. Tuvimos un resultado por debajo de nuestras expectativas en un determinado campo, pero usualmente hay muchos otros campos de nuestra vida que se mantienen en pié y sin problemas.
6. Es una fuga en el tiempo sufrir porque algo no salió. Frecuentemente nos castigamos por cosas del pasado que no podemos cambiar: esa decisión que considero equivocada ya la tomé, sólo puedo tomar otras hoy que ayuden a corregir el rumbo, pero no puedo cambiar el pasado. Y sufrir por lo que pueda ocurrir más adelante... nos distrae de poner HOY los medios para quizá mejorar nuestro porvenir. Pero el día que tenemos que disfrutar, como está, es el día de hoy, que es lo único que tengo.
racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 7 de octubre de 2011

Cuando el tóxico eres tú mismo

Un fanático es alguien que no quiere cambiar lo que piensa y que no sabe cambiar de tema. 
Winston Churchill

En ocasiones, somos tóxicamente fanáticos de temas absurdos. Muchas de esas ocasiones, están acompañadas de un grupito de rigideces y sobredemandas que conducen a trampas:
1. La trampa del pasado: pedir cuentas de lo que ya ocurrió, y que por tanto ya no puedes cambiar.
2. Sufrir porque una persona es... como siempre ha sido. Y te llenas de molestia porque el mundo/la gente no es como a tí te parece que deba ser.
3. Pretender que los demás te hagan la vida más fácil... desconociendo que, lamentablemente, no eres el centro del universo.
Como la creatividad humana en este tema no tiene límites, a partir de aquí nos vamos transfigurando en algunos personajes penosos:
1. El sediento de afecto: Terrible y agotador individuo que siempre se siente maltratado, manipulado, abusado. Cuando cualquier noche de luna llena te conviertes en esto, no sólo generas alguna molestia en el mundo que te rodea, sino que también tú mismo sufres tremendamente. Es probable que las personas te maltraten. Sobretodo cuando usan objetos contundentes como un bate. Pero, el maltrato psicológico crece en terrenos que tú has abonado. No te convierte en culpable, en el sentido fuerte del término, pero eres parte de la solución porque efectivamente eres parte del problema.
2. El pedidor de cuentas: Este personaje suele vivir en el pasado, donde las personas que le rodean han ido acumulando deudas que son por lo general imposibles de saldar. Si eres este... puede servirte que te concentres en "cobras" las deudas de hoy... y mejor aún, en procurar cobrarte lo que quieres hoy. Pide lo que quieres, manifiesta tus preferencias, y no esperes que los demás adivinen lo que deseas.
3. El profeta de desgracias: Este personaje vive en un futuro atroz y post-apocalíptico, donde estará solo/a, pobre, abandonado y carente de amor. Vive en dos trampas entonces: en el futuro, que no podemos  manejar, y además en una serie de tragedias de las que suele no tenemos razones objetivas para pronosticar. Y mientras se pepara para sufrir mañana, ya sufre hoy.
4. La madre de todas las dudas: Otro personaje del futuro, con Mr Spock y compañía. Se le suma que es perfeccionista, entonces pretende garantizar resultados a partir de las decisione que tome hoy. Podemos aumentar las posibilidades de éxito... pero garantizar, no es posible. Entonces, mientras descubre que la toma de decisiones más frecuente en la vida está llena de incertidumbres, aplaza y retarda lo que hoy debe elegir. racionalemotivo.blogspot.com



lunes, 3 de octubre de 2011

Auto-sabotaje afectivo

Un mito peligroso: pensar que una relación se construye a partir de que puedas aportar algo a otra persona.
Efectivamente. Con frecuencia nos preguntamos: ¿que ofrezco yo al mundo? ¿cómo le estoy ayudando a fulano? Es una meta bonita, un ideal. Pero, en las relaciones, se trata de un encuentro para que dos se acompañen en ser felices, y no de un arreglo de psicoterapia mutua. Es decir, una relación no debería ser, en principio, un medio para resolver carencias, corregir rollos personales y afectivos.
Veamos:
1. ¿No te has preguntado porqué sueles elegir parejas disfuncionales? Quizá influya mucho el hecho de pensar que "debes" aportar algo. Y que mejor que aportarle a una persona llena de rollos emocionales, traumas, defectos psicopáticos, adictos, etc... No. La gente no debe quererte porque le "aportes" algo, sino por ser quien eres. Si le aportas, que bacano. Buena cosa, pero no una compra afectiva.
2. Si has escuchado alguna vez la demanda: "Tu no me estás ayudando a ser feliz" y te has sentido culpable... es probable que estés asumiendo una responsabilidad que no es fácil de llevar. Ninguno de nosotros puede hacer feliz a otro. Si ésa persona no se decide a ser feliz, no lo será. Y procurará la ganancia de ser la "enferma designada" que llora todo el día y se queja de su vida... usualmente sin ninguna razón objetiva para eso.
3. Con alguna frecuencia, esto se debe a que pensamos que no tenemos rasgos personales dignos de ser amados. Debo decirte que si eso te pasa, te convienen unas sesiones de psicoterapia. Si eso pensamos de nosotros mismos, comenzamos a "comprar" afecto: hacer cosas para que los demás nos quieran. Cuando eso nos pasa, frecuentemente nos encontramos quejándonos de lo injusta que es la gente con nosotros: "yo que he hecho tanto por el/ella". Usualmente, las compras afectivas no sirven, porque nos convertimos en las mamás y los papás de la gente que nos rodea. Y uno, ya tiene una mamá y un papá con los que lidiar. No es sano, y genera adolescentes a tu alrededor.
4. Comprar afecto no compra afecto real. Cuando haces muchas cosas por las personas, pensando que te hace mejor, en general genera en los demás un sentimiento de culpa: debemos portarnos bien con fulano/fulana, porque ¡Es una persona muy buena! Se convierte en una obligación, y nadie ama a otro por obligación, al menos no en el largo plazo. La culpa es una emoción disfuncional que perturba a la gente. Si generas culpa... ya verás cómo te caen problemas.
Y los consejitos de peluquería para la culpa? Más adelante! racionalemotivo.blogspot.com 

Las redes sociales!

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