martes, 7 de febrero de 2012

Deja en paz a Don Perfecto

El perfeccionismo es la voz del opresor 
Anne Lamott
La escritora y activista política californiana nos trae esta frase que yo saco un poco de contexto. Porque se me da la gana, como no soy perfecto, no encontré la frase perfecta. Quizá me la tengo que inventar yo.
Pero, es una buena introducción para este tema tremendo, que es propio de nuestro mundo contemporáneo de empresas, y no sólo: hay un saco de creencias locas que nos reclaman ser perfectos. Ponte un punto por cada una de las siguientes ideas de nuestro Inventario de Ideas Locas:

  1. Cometes un error en el trabajo, y luego sufres porque secretamente piensas que es una señal de tu falta de capacidades
  2. Más de cuatro veces al día piensas que, realmente, no vas a triunfar porque te faltan capacidades.
  3. Le das vueltas y vueltas a un trabajo que debes entregar, y sientes que es bastante deficiente.
  4. Te angustian las evaluaciones, porque piensas que finalmente te van a pillar y van a descubrir que no eres competente. 

Vamos a ver hasta dónde son locas estas ideas:

  1. Cometes un error en el trabajo, y luego sufres porque secretamente piensas que es una señal de tu falta de capacidades
Pues resulta que sí. Cometerás errores. Por eso los lápices tienen borradores, y los computadores la capacidad de corregir. En el fondo, hay varias sobre-demandas. "una persona debe estar plenamente capacitada para su tarea": ¿si? ¿cuántos empleados así conoces? Las personas deben aprender en las organizaciones, y el día que no aprendas de tus errores, dejaste de crecer (y de darte cuenta de que te equivocas, que quizá es peor...).
Además, en los trabajos críticos, siempre hay redundancia, porque sabemos que alguien se va a equivocar. Cuando tengas un trabajo crítico, el modo de establecer redundancia es pedir que alguien te lo revise, pasarlo por un sistema de evaluación en tu computadora, incluso pedirle a tu mamá que lo lea. Eso es redundancia.
Y finalmente, eres humano . Que le vamos a hacer!
  • Más de cuatro veces al día piensas que, realmente, no vas a triunfar porque te faltan capacidades.
El mundo es injusto, y a pesar que seas un paquete, triunfarás si te dejas de pendejadas y ponerle condiciones a tu capacidad. ¿no te has dado cuenta de cuanta gente incompetente está llena de logros? Pues también tú te puedes aprovechar de esa maravilla del mundo. A mí me ha pasado varias veces que alguien me dice que soy un experto en temas que no tengo ni idea. Ya ves, la imagen cuenta. Lógicamente, es prudente que reconozcas que estás aprendiendo de ese tema, pero aprendiendo estamos siempre. Eso es la esencia de un reto en una organización y en la vida: atrevernos a aprender, con ayuda, con consejos y estudio, pero aprendiendo.
  • Le das vueltas y vueltas a un trabajo que debes entregar, y sientes que es bastante deficiente.
Muchos trabajos son como las tesis de maestrías y doctorados: las tesis se dejan, no se terminan. Siempre son susceptibles de mejora, de perfeccionamiento, pero tenemos que graduarnos finalmente. Así que dejamos la tesis a medio acabar. Y bueno, casi nunca la lee nadie, ni los jurados.
  • Te angustian las evaluaciones, porque piensas que finalmente te van a pillar y van a descubrir que no eres competente. 
Aquí hay además una globalización, que es esa loca tendencia a convertir un aspecto en la totalidad. Siempre tendremos campos en los que somos menos competentes. Pero, eso no nos hace incompetentes totales: nos hace humanos. Y ser humanos nos hace no sólo imperfectos, también nos hace personas capaces de crecer y aprender.
Leonardo Amaya, MD. racionalemotivo.blogspot.com


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