lunes, 19 de marzo de 2012

El sutil arte de amargarse la vida: la Ira Loca


La ira es un tipo de locura. Horacio
Vamos a lo real: a lo largo del día, es normal que algunas circunstancias o eventos nos molesten. Las emociones son humanas, y pretender ser un palo seco no parece que produzca un resultado muy humano.
Hay una forma muy fácil de darnos cuenta cuando las emociones se están pasando a un tono excesivo, loco y disfuncional: un test con sólo dos preguntas. 1. ¿estoy sufriendo? 2. ¿estoy tomando decisiones locas / disfuncionales / autodestructivas? Por una sola respuesta positiva, te anotas el punto.
Podemos decir que una irita moderada, sin sufrir mucho y sin decidir tonterías, es una reacción normal a algo que nos molesta. Para no confundir las cosas, digámosle molestia, inconformidad, etc. Y dejemos el término "ira" para referirnos a la emoción excesiva, desproporcionada y auto-lesiva.
La ira y la molestia tienen un origen común: el mundo / las personas / un evento no es como nos gustaría, como lo preferiríamos. La reacción se sale de quicio cuando "exigimos" que las cosas sean como a nosotros se nos dá la gana. Y ese es el problema: porque las cosas son como son, las personas son como son. Podemos preferir que sea de otra forma, pero, obligarlo, exigirlo, es una sobredemanda. Por supuesto podemos oponer los medios para favorecer que las situaciones sean a nuestro gusto, pero ayuda mucho aceptar la realidad, en dos puntos: 1. No siempre las situaciones y las personas serán a nuestro pleno gusto; y 2: eso no es terrible ni insoportable. Verás que lo puedes soportar. Eso es lo real.
Vamos a algunos consejitos de peluquería, tan útiles al inicio de la semana.

Ideas locas para combatir cuando aparezcan: 

  1. Esto no es justo. Mmm pues no, ten en cuenta que frecuentemente consideramos que lo justo es "lo que a mí se me da la gana". Todos llevamos dentro un pequeño déspota, un Hugo Rafael Chavez interior, que genera sufrimiento  a nosotros mismos y a los demás. Y resulta que el mundo muy frecuentemente no será como nosotros queremos. 
  2. Si las cosas no son así, es insoportable. ¿En serio? Prueba y verás que sí lo puedes soportar. Y dejar de pensar en lo terrible que es el mundo te ayudará a gozar con lo "normal" que el mundo es. 
  3. Si las cosas no cambian, será terrible. Mira: sufrir, armar una gritería loca, encerrarte a controlar una reacción de ira espeluznante, convertirte en el lobo transformer, no cambian las cosas de forma duradera. Quizá las personas intenten adaptarse a tus exigencias por un tiempo, para evitar que te conviertas en el Yeti de las Nieves, pero... no suelen perseverar mucho en el intento. Y eso, en parte depende de un tema muy real: el mundo no gira alrededor de tí. Así que, o te adaptas, o sufriras bastantico. Y además, no cambian las cosas. Es más fácil lograr cambios con la "mano izquierda", negociando, conversando... incluso manipulando un poquito. Pero, siendo el Cromagnón de la semana... no. Mira tus experiencias anteriores: ¿con tus rabietas ha cambiado algo?

El objetivo de la vida es ser feliz. Y lo que más se parece a la felicidad es estar tranquilo. Por lo menos, estar alterado no parece que sea una forma muy pulida de la felicidad. Dale una pensadita y verás.
racionalemotivo.blogspot.com

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