sábado, 21 de julio de 2012

la insoportable gentecita insoportable

Cuanto más conozco a los hombres, más me gusta mi perro.
Diógenes de Sínope (412 - 323 aC)
Hay algunas verdades muy difíciles de tolerar. Por ejemplo, la realidad de tener un tracto digestivo, cuyo final conocemos. Incluso la frustración de no poder bebernos todo el Martini o los Mojitos que consideramos necesarios para mantener la cordura. Pero, aún con lo terrible que es esto, hay una realidad cotidiana que nos genera consecuencias inmediatas: cada uno de nosotros es una gentecita insoportable para alguien.
El que nosotros seamos más pesados que una vaca llevada en brazos no hace que nos resulte más fácil tolerar a los demás algunas veces. Pero, objetivamente, depende de nosotros. Si. Duro saberlo, pero sí. Porque es muy infrecuente que una persona sea universalmente inmamable. Lo más frecuente es que alguien los soporte. Incluso nosotros algunos días. Eso quiere decir que... no son ellos necesariamente, sino algunos de sus rasgos que entran en colisión con nuestras sobre-demandas. Esperamos que todo el mundo sea como a nosotros se nos da la gana, hagan las cosas como a nosotros se nos dan la gana, y además sonriendo. El problema es que estas condiciones no se cumplen casi nunca, o salen muy caras.
Por supuesto que somos libre para detestar a quien queramos. El riesgo es que sufrimos y nos perdemos los buenos ratos de las malas personas, porque no tengo el gusto de conocer a nadie que no tenga sus malos ratos. Tu y yo, que nos solemos creer mejores que los demás, ya lo sabes: tampoco. La vida sufriendo por los otros no es fácil. 
¿Un truco fácil? Ponle atención a las ideas que te pasan por la cabeza cuando estás elaborando un complejo plan homicida ante esa persona que al parecer te ha consumido el último recurso de control mental. Casi siempre te tropezarás con los "debería". "Él debería ser así". Y bueno, que le vamos a hacer, es una idea loca. Primero, es poco probable que nos guste todo lo que hacen los demás. Segundo, sufrir no es una estratégia para lograr esa meta. Y tercero... pues esa persona tiene derecho a ser como se le da la gana. El mismo derecho que tienes tú. Por último... pues muchas veces puedes largarte o restringir el tiempo en el tiempo que pasas con esa persona. Sin embargo, algunos puntos pueden ser mejor: 1) Interésate por los temas que tienen en común, y evita los que tienen diferencias. 2) No acudas a los momentos en que esa persona hace cosas que para tí son intolerables, por ejemplo, estas personitas que comen como cerditos a mí me ponen a mil. Así que evito comer con ellos, y ya. El resto del tiempo son gente maravillosamente mediocre, como yo mismo. 3) Ejercítate en la libertad. Léete los derechos del hombre, y verás que posiblemente te quieres saltar algunos... 4) Concéntrate en las cosas buenas de ese personaje. En muchas ocasiones, compensa los malos. Y 5) No "entres al trapo". Si hay un tema de conflicto, o lo enfrentas en el mejor ambiente, o lo entierras. Ya sabes: el objetivo de la vida es ser feliz, o por lo menos, estar tranquilo, que es una forma bastante accesible de felicidad. Allí quedamos!
racionalemotivo.blogspot.com - Leonardo Amaya

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las redes sociales!

 Hay mucho material disponible en:  https://www.instagram.com/leonardoamayamd/ Sigámonos allí! Leonardo