domingo, 26 de mayo de 2013

Desapegandote y desenchiclandote de las relaciones pegajosas ytóxicas...

Leonor Lega, biógrafa de Albert Ellis ha concentrado parte de su trabajo en relaciones de pareja y afectivas basadas en terapia REBT. He tenido la maravillosa oportunidad de conversar y aprender de ella en múltiples ocasiones.

Luego de este detalle de vanagloria personal, pasemos a algunas ideas:

1. Estar sin alguien no es una desgracia. Claro, puedes preferirlo, es bacano y llega a ser muchas veces una experiencia divertida. Pero, indispenble, no lo es. Conozco a un buen número de personas que viven solas y son felices. Algunos, por decisión luego de relaciones largas, otras por viudez y muchas otras variadas formas, y otras simplemente porque las ofertas que llegaron eran poco prometedoras.
Cuando aceptamos la idea sobre-demandante: «no puedo vivir sólo» o «necesito a alguien para ser feliz», acabamos en relaciones poco sanas. Hay una razón básica: te pones en «promoción» y otras personas se dan cuenta y se aprovechan, muchas veces incluso de forma inconsciente. En cambio, sabemos que la independencia emocional es un aporte clave para la relación, cualquiera que sea, o incluso la ausencia de relaciones exclusivas. 

2. La independiencia emocional no es sequedad ni distancia. Puedes sostener relaciones muy intensas y vibrantes sin estar pegado al otro o los otros como una lapa tóxica y demandante*. Una relación se enriquece cuando los dos tienen cosas distintas que aportar, cuando cada uno es feliz por su cuenta y se pone a tu lado para compartir esa felicida, planes, y montar bacanales. Si lo que se pone a tu lado es una especie de sanguijuela emocional, llena de carencias y radicalmente hematófaga, tarde o temprano comenzarás a sufrir y cansarte. Y lo peor, la sanguijuela también. 
Otro tema clave: no eres el terapeuta de tu pareja. Fíjate que los que nos dedicamos a esto procuramos esta atentos a la interferencia que se produce cuando atiendes gente cercana. Es difícil e incluso, se enredan los temas familiares. Pues imagínate tú, atendiendo al personaje con el que compartes la cama. Aí que si tus parejas necesitan ayuda profesional, piden a gritos de noche una hospitalización psiquiátrica, o simplemente tienen una personalidad rara, de esas que hace falta una guía de enfermedades no para comprenderlos sino para abrirles la cabeza con ella, pues ses el momento que te plantees si vale la pena buscar tus parejas en el piso de transtornos mentales del hospital de confianza. Mándalos a su terapeuta, o acepta que no eres tu el personaje para ese voltaje. Es que mira, se trata de relaciones distintas, una es la relación afectiva, y la otra una relación clínica profesional.
En ocasiones las relaciones afectivas son muy parecidas a las relaciones clínicas, pero son muy distintas. Es como la relación entre una mujer fea y un culturista travesti: pueden parecerse, pero no son lo mismo.

3. Las relaciones evolucionan, crecen; otras se deterioran y acaban en el congelador esperando una mejor oportunidad y unas pocas acaban. No todas las que acaban finalizan en una batalla campal. Algunas, simplemente toman caminos distintos porque de hecho las personas involucradas están en momentos diversos. Algunas se fortalecen y crecen con la distancia, otras se opacan y languidecen al aparecer algunos kilómetros de diferencia. 
En principio vital generalmente conveniente es intentar activamente mantener las redes de personas significativas en nuestra vida. Otro principio igualmente importante es reconocer que algunas personas, en el momento vital en que se encuentran, no te convienen para crecer. Pero sobre esto te cuento otro día.

4. el objetivo vital es ser feliz. Y ser feliz, depende de tí, de como asumas la realidad: si esperas de las cosas o de algunas personas más de lo que realmente te pueden dar, simplemente porque evaluaste mal la situación o porque acostumbras sobredemandar, pues comenzarás a sufrir.
Así de fácil. Ahora, cuando te preguntes por el pricipio básico relacionado con mo que haces o vives, pregúntate si eres feliz en eso. Piénsatelo un poco, y examina si se trata de un tema de realismo. Y claro, considera si es realista seguir adelante o cambiar de entorno y de persona.

5. Aceptación incondicional. Esta es una idea clave: nos enfrentamos a la verdad que no es viable cambiar siempre. Tenemos dos caminos: sufrir y quejarnos por lo injusta que es la vida, que es cierto, o aceptar incondicionalmente la realidad. Ya que no la puedes cambiar, disfruta l que se pueda.
Te darás cuenta que frecuentemente generalizamos y lo que consideramos trágico no es más que una sobre–evaluación de un aspecto de ma situación. Hay una frase muy usada que te lleva a esa base: «si puedes cambiarlo, porqué sufres? Y, si no puedes cambiarlo, porqué sufres?


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