viernes, 21 de marzo de 2014

Esos ratos en que somos inmamables...

Basurita de internet

Como pasa en muchas ocasiones las consecuencias de las reacciones de los demás depende del modo como ellos evaluar la situación en la que se encuentra sin embargo hay ocasiones en que nosotros contribuimos notablemente para que asuman mal un evento. Es decir, hay días -y no pocos- en que somos unos cabrones o por lo menos, lo parecemos mucho.


Todos tenemos un poco de cada uno de los personajes, y quizá te de un poco de vergüenza encontrarte retratado en alguno. Yo mismo tengo algunos genes de cada uno de los individuos y las individuas, los millones y millonas (Como diría un dictador iletrado de ingrata recordación) que metemos la pata todos los días.
Vamos a ver algunos de los personajes de esa telenovela:

Camila la auténtica. Camilita es una niña bacana y divertida. Pero, de vez en cuando le da por ser la "auténtica" y dice todo lo que piensa. Claro, ella piensa que "así debe ser": todos debemos decir -sobretodo ella misma- todo lo que nos viene a la cabeza sobre los demás.
Si tu eres de vez en cuando una Camilita, te invito a que consideres: 

  • Si todos decimos lo que pensamos, la tercera guerra mundial comienza mañana por la mañana. Por lo menos la parte de la tercera guerra que le corresponde a tu casa. 
  • Si le dices a todo mundo lo que piensas de ellos, te expones a que ellos por lo menos piensen lo que ellos a su vez analizan de tí, de tu vida, de tus actos. Abres la puerta a que te digan cosas que muy probablemente no te van a gustar. 
  • Puede que ya tengas clara la tercera consecuencia. Si le dices a todo mundo lo que piensas, es posible que ellos te eviten. A lo mejor todo lo que dices es cierto, pero si a las personas nos gustara tener un espejo auténtico y sincero siempre delante de nosotros, pues no haríamos dieta, nadie se maquillaría, etc. Es decir, ninguno quiere oír la verdad pura y dura siempre y en todo lugar. No. Queremos que nos mientan de vez en cuando o que por lo menos nos dejen en paz. 
Te pongo un ejemplito: yo todo la vida he hecho dieta. Es evidente para mí y para todo el universo que no estoy todo lo flaco que me gustaría. Pero si tú me dices. "¡Anda! te ves supergordo con esa camisa, deberías probar una XXL" yo por lo menos pienso (y quizá hasta te lo diga) ¿Y tu porqué no piensas en tu propia obesidad, o en ese "mal aliento" social que es decirme a mí lo que ya sé? ¿Tú me compras las camisas? Entonces, no jodas. Posiblemente no sea una conversación muy agradable. Es decir, las formas sociales ayudan a que no nos matemos entre todos.

Camilita, quizá deberías examinar porqué lo haces. Te garantizo que no es un buen camino y quizá estás sobrecomunicando emociones y temores que los demás no tienen y tu... quizá sí.


Dianita la consejera
Querida Diani... te ha dado ahora por aconsejar a todos. Claro que tienes mucha experiencia en varios temas, como aquella, como aquel, como yo mismo. Tuviste una mala experiencia en tu pasada relación y entonces te has puesto en la tarea de acompañar a tus amigas aquejadas de dolores de amor. El problemita es que das consejos por doquier, a quien te los ha pedido y a quien no.
Resulta que los consejos son peligrosos, porque quizá estás pisando algún callo... porque quizá estás aplicando tu experiencia al caso que se parece y al caso que no tiene nada que ver... y finalmente, porque estás dando por sentado que las soluciones son las que se te ocurren a ti, y del modo como se te ocurren a tí, y se deben hacer ya, cuando tú quieres.


En cambio, las personas usualmente necesitamos tiempo para aprender. Además, cada caso es distinto y cada cabeza es un mundo, así que no podemos aplicar la misma fórmula siempre. Si fuera tan fácil, no necesitaríamos elaborar duelos, todos los problemas se corregirían con una pastillita mágica y este blog junto con todos los libros de psicología, autoayuda, brujería asistida, podrían resumirse en una página.
Y lo peor, Diani... muchos no te están pidiendo esos consejos, y les sienta como un balazo tu generosa opinión. Y eso, tiene consecuencias que a ti misma no te convienen.

Camilo el descuidado
Camilo, Camilo... Resulta que tú eres muy "despreocupado" y entonces le vas diciendo a todo mundo lo que te pasa por la cabeza porque "no te das cuenta". Y vamos a ver... claro que te das cuenta, sólo que has decidido que vas a hacer lo que se te da la gana.


Pues lo de siempre: tiene consecuencias. Un día de estos, te vas a encontrar que tus amigos no te aguantan. Es bueno que comiences a practicar boxeo, porque algún día vas a decir lo que no toca a quien no toca y él te va a dar una "tocada" que te va a mandar a urgencias odontológicas con un molar incrustado en el paladar.


Y hay algo más, Camilo. Este tipo de "descuidos" en el campo profesional no son nada sanos. Primero, porque te pueden sacar cualquier día, de cualquier manera, y no lo vas a ver venir. Y segundo, porque también hay personas de respuesta lenta, de las que piensan que la mejor venganza es en frío y ya están preparando algo en el congelador.   


Pues eso, a darnos cuenta, porque somos parte de ese mundo de gente insoportable, y algunas veces, protagonistas principales.
@leonardoamayaMD - Racionalemotivo.blogspot.com

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