jueves, 14 de mayo de 2015

Aprendizajes aeronáuticos: el síndrome del piloto experto

Aprendizajes Aeronáuticos.
La experiencia aérea ha enseñado mucho, también a otros campos. Varios de esos aprendizajes tiene un alto contenido psicológico. Por ejemplo, que la mayor frecuencia de errores humanos los cometen pilotos en dos momentos bastante distintos en su recorrido: los muy jóvenes, por inexperiencia o por impericia. Y los expertos, por las dificultades para pensar por fuera de su habilidad acumulada, perdiendo la oportunidad de aprender o trabajar con común con personas menos expertas o con menos recorrido, pero que poseen información clave o puede ser una oportunidad de crecimiento.
En el momento que dejamos de escuchar, dejamos de aprender. Y cuando estás en una cierta posición de éxito, te arriesgas a aislarte en tu pedestal y así te quedas, como una columna vieja. Esto ha causado eventos lamentables en la historia de la aviación, y también puede ocurrir en otros campos.
Hace unas semanas, tuve ocasión de presenciar algo similar, en un entorno extra-aeronáutico: un personaje muy experto y reconocido en su campo tuvo  problemas importantes para captar elementos significativos de un problema porque asistió a la reunión con una visión bastante rígida de la situación, que además no era de su campo de pericia y reconocimiento de la situación. Incluso perdió el control y se levantó de la reunión. Me parece una persona admirable por su recorrido y precisamente por eso, su reacción me sorprendió. Así, que decidí escarmentar en cabeza ajena.
Ya me explico:
En algún momento, y siempre en un entorno muy restringido del conocimiento, podemos llegar a ser expertos. Si llega ese momento para mí, espero acordarme de esta experiencia: siempre podremos aprender, si tenemos la suficiente humildad para reconocer que muy frecuentemente necesitaremos información, nuevo conocimiento y siempre, del apoyo de otros.
Por supuesto espero no perder el control como esa persona, a la que además respeto en sus logros profesionales. Si él pudo perder las luces de ese modo, cualquiera también. Ahora, quizá tengamos menos esa posibilidad si aprendemos de esa experiencia.
Por contraste, hace unos meses tuve la ocasión que dialogar con una persona verdaderamente genial. Y humanamente muy divertida. Le hice un comentario muy informal sobre un tema de su competencia, y él me dijo: mm no estoy seguro de lo que dices, pero voy a pensarlo. Era una broma. Y él, un Maestro de vida. Con este aprendizaje, me encantaría alcanzar a ser así: sin falsas humildades (él tiene claro que es muy bueno en su campo) pero también sin falsas soberbias: no somos perfectos.
¿Te sirve este aprendizaje a ti?
@leonardoamayaMD

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