lunes, 15 de junio de 2015

Feat Aristóteles: la enfermedad del éxito

"La felicidad es el sentido y el propósito de la vida, la meta última de toda la existencia humana"
-Aristóteles

La enfermedad del éxito (feat. Aristóteles) 

Nuestra sociedad es bastante exigente con nosotros sobre el éxito. Lo que sea que eso signifique cada día. Y, con frecuencia, esta “toxicidad” nos lleva a sufrir y a tomar decisiones que finalmente no nos sirven -incluso para esa misma meta-.
Por supuesto que ser exitoso en el camino que emprendamos genera satisfacciones. Incluso, (feat. Aristóteles) lograr el desarrollo de nuestros talentos es camino para la felicidad. El problema viene cuando confundimos el éxito con lo que podría ser sus consecuencias: el dinero y el reconocimiento. Y esta confusión, nos suele llevar de cabeza.

¡Vamos por partes! 

1. Lo que importa finalmente es ser felices. En ocasiones pensamos que el único camino para ser felices está por fuera de nosotros (la pareja ideal, determinada cantidad de dinero, que los demás hablen de nuestras maravillas, etc). Y entonces, sacrificamos nuestra felicidad porque la persona que tienes al lado no cumple tus expectativas, no has alcanzado determinado carro, o ropa, o etc… Por supuesto que, siguiendo la filosofía de Pambelé, “es mejor ser rico que pobre”. Pero, tendrás que tener fuerza interior cuando debas recuperarte de una dificultad financiera -cuando incluso descubrirás quienes son tus verdaderos amigos-.
2. Sufrir por el reconocimiento (que los demás acepten que eres exitoso - inteligente - brillante, etc) te distrae de hacer las cosas bien, de crecer, etc. Incluso, te pone en riesgo que mientras piensas en lo que los demás piensan, te distraes de tu verdadero trabajo. Tu empresa no te paga por pensar si eres maravilloso sino por hacer tu tarea.
3. Sufrir por la aceptación de los demás te puede conducir a que tomes decisiones que finalmente no te convienen: porque no las orientas a crecer sino a aparentar que estás creciendo.
4. Estar preocupado por lo que los demás piensen te hace más frágil. La opinión de las personas -también la tuya y la mía- son bastante inestable, inconsistentes y muchas veces, inexactas. Claro que es importante escuchar a las personas cercanas y a quienes son representativos en tu gremio, pero, para aprender. Ellos mismos se habrán equivocado y saben que lo importante es la habilidad para corregir los errores, y no el ser impecables, que raramente seremos.

¿Y que hacer entonces?

Pues algunos truquitos de peluquería:
1. Ten claro lo que deseas lograr. Piensa bien que ocupación te hace más feliz y cumple mejor tus expectativas. Es más fácil esforzarnos en lo que nos gusta y nos resulta más agradable.
2. Distingue el logro de sus consecuencias. La meta es ser mejor, trabajar mejor, disfrutar lo que haces. La señal del camino correcto es la felicidad y… tener una vida. El dinero y el reconocimiento puede ser una consecuencia, pero no la “prueba” del éxito.
3. Valora la amistad. Ten claro que personas son las que te rodean y son valiosas. No se trata de rechazar a los demás, siempre es bueno un grupo de personas amplio. Pero, claridad: quienes son los que aportan, quienes son las personas que vale la pena escuchar, y quienes son las que forman parte del paisaje.
4. Concéntrate en lo que haces hoy, para que tengas claro qué es lo que te está conduciendo por el camino que deseas. En muchas ocasiones el preguntarse y sufrir por el futuro, además de una pérdida de tiempo, sólo te resta fuerza. El futuro lo construyes ahora, con lo que haces hoy, con lo que trabajas hoy.
5. Ten claro que los trabajos honestos reclaman esfuerzo. (Incluso los deshonestos, como la política, por ejemplo, también demanda trabajar e ir trepando, pero claro, como es un trabajo asqueroso, rodeado de basura y de la peor gente de una sociedad, usualmente). Nadie dijon que sería fácil.
6. Si una de las metas es producir dinero (que es una buena meta, claro) ten claro que por las vías decentes, el dinero se produce con más dinero: invirtiendo, analizando inversiones, etc. A lo mejor la parte inicial la construyes con el trabajo, pero recuerda que las finanzas son un negocio muy específico.
7. Ten claro que todo finalmente cuesta. Si prefieres determinado logro, por algún lado lo vas a pagar. También lo bueno. Y claro, que si, por ejemplo, tomas la terrible decisión de conseguir la felicidad a través de otra persona… serás esclava de esas personas que escojas para una tarea tan improbable.
8. Ten aficiones fuertes. No te olvides que descansar es importante, mejor en algo que sea también una pasión. Es muy frecuente que tengamos varios talentos y vocaciones. A lo mejor eres un excelente abogado, y también un maravilloso compositor, o cantante de vallenatos, o cocinero. Y esa ocupación tan diferente puede ser tan fuerte como el derecho. Sólo que a las leyes le dedicas de 8 a 5. 9. Has un buen “casting”. Rodéate de personas que te aporten. de esas personas se aprende, suelen ser un impulso positivo y por lo menos, una cercanía sincera.
@leonardoamayaMD

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