lunes, 30 de mayo de 2011

Vivir el presente

Excitabat enim fluctus in simpulo* [Hacía una tempestad en un cucharón]- Marco Tulio Cicerón 
Cicerón, cuyo aporte a la cotidianidad moderna ha sido usar su nombre para perros Bulldog, nos deja este recuerdito para la vida tranquila: Tenemos una tendencia notable a armar tormentas en un cucharón.
En un día cualquiera de nuestra vida ocurren muchos eventos. No es extraño que suframos un contratiempo, pasemos incluso un mal rato con una persona o situación. Pero, en lo ancho del día, la mayor parte de lo que nos ocurre es muy agradable. Nos encontramos con amigos en la calle que no veíamos en años. Trabajamos en un reto profesional que nos hace crecer. Iniciamos un proyecto esperanzador. Disfrutamos un día mágico en nuestra ciudad. Gozamos un almuerzo genial con algún amigo / a. Recibimos una llamada que nos alegra. Tenemos salud en un 99% de nuestro cuerpo. Pero mira tu!  Nos amargamos todo el día por 2 minutos de encuentro desagradable con alguien! Armamos un drama y descalificamos todo un día lleno de diversión, alegría y paz por sólo dos o tres minutos que nos parecieron terribles y... realmente no lo fueron. Alguna vez en nuestra vida hay situaciones duras, como la muerte de una persona cercana. Pero, eso no nos ocurre cotidianamente. Hace unos días me encontré con alguien hecha un mar de lágrimas por un asunto laboral, con una persona que realmente es difícil de tolerar: ¿Cuántos muertos hay?, pregunté. Y no, no había ninguno. Entonces, la vida sigue. Tómate un Martini Bianco, brinda por esa cabrona y a gozar las próximas 16 horas. A mí me sirve. Prueba esta semana y me cuentas. racionalemotivo.blogspot.com.
* La traducción literal es: él hacía oleaje en un cucharón. En Inglaterra se suele decir una expresión similar: Storm in a teacup

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