jueves, 29 de diciembre de 2011

El loco libro del pasado

La historia persona es... un cuentico que nos inventamos a partir de trozos y eventos. Depende de tí si se convierte en un cuento de terror y lágrimas.
En nuestra historia personal hay siempre algunos eventos difíciles y relativamente duros. No han sido realmente terribles, porque sobrevivimos y estamos aquí. Pero, indudablemente algunas de nuestras historias pueden haber requerido un proceso de superación complejo e incluso aún podemos estar padeciendo algunas consecuencias.
A pesar de esto, raramente nuestra vida es un torrente ilimitado de lágrimas. Hay momentos complicados, pero su duración, comparado con el arco de nuestra existencia, ha sido contenido. Incluso en los peores momentos de nuestra vida, la situación no ha ocupado todos y cada uno de los minutos del día. Más allá, las personas más terribles de nuestra existencia no son un ogro demoníaco cada segundo y cada latido de su pútrido corazón. Incluso Hitler era bueno con sus perros, y a ratos, con Eva Braun. Incluso dedicaba ratos bucólico a pintar algunas acuarelas, quizá un poco mediocres pero románticas. Eso no disminuye la tremenda realidad de los crímenes que se cometieron bajo su mando, pero para este ejemplo, evidencio que incluso uno de los monstruos de nuestra época no era atroz cada minuto. Difícilmente tu antiguo novio / novia será comparable en actos de perversidad a Hitler (aunque lo haya intentado sin cansancio durante esa relación tórrida contigo).
Nosotros construímos nuestra historia seleccionando pasajes y personajes de nuestra memoria. Frecuentemente experimentamos una cierta tendencia a preferir el recuento de momentos difíciles y personajes lamentables. Hay alguna evidencia neurofisiológica que esta situación depende de estructuras específicas de nuestro cerebro. Luego, nuestros hábitos y nuestra cultura impulsan o controlan esta tendencia, con alguna inclinación más bien a estimularla. Así construímos nuestra historia personal, y luego nos dedicamos a rumiarla en los tiempos en que nos sentimos más miserables, de forma tal que nos sintamos aún peor. Esto podría llamarse el loco libro del pasado, donde también hay personas que hemos convertido en el malo de la película y, cada vez que tenemos oportunidad, sacamos al vampiro infecto y le restregamos en la cara que ha sido nuestro propio torturador en jefe. No raramente este recuerdo y confrontación ocurre durante una amable comida que bañamos íntegramente en hiel.
Pues te cuento. Depende de tí. Puestos a inventarnos nuestra historia, escoge mejores capítulos, termínalos bien, y no hagas profecías de las que no tienes ningún soporte. Ponle y acepta el toque de contraste de esos episodios, pero déjalos como son: episodios. No te definen ni definen de forma plena a los personajes de ese evento. Somos humanos, todos, también tú, también esa persona. Podría ser una buena tarea para el nuevo año sentarnos todos con un buen borrador a corregir la autobiografía.
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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Aceptación y Compromiso

Sufrir no es una estrategia.
Yo mismo, ayudado por un vasito de Old Parr.
Aceptación no es quedarse sentado contemplando de forma serena cómo se te cae la casa y dejas de crecer como persona. Se trata de no sufrir, mientras haces lo que buenamente puedes por crecer y darle mantenimiento a tu casa (real o simbólica). La razón de fondo es clara: sufrir no es una estrategia. No se crece como persona sufriendo. No aprendes más sufriendo. No crece tu cuenta bancaria a punta de llanto, culpabilización y requiebros. Y mientras te dedicas a autocompadecerte, quejarte por lo injusto que es el mundo, la gente que te rodea y el destino... no haces nada para cambiar tú mismo, que es el único factor que puedes controlar.
Cuando una persona dice que quiere emprender un camino de crecimiento personal (inteligencia emocional por lo menos...) y sigue pensando que son los demás los que deben cambiar... pues le falta tiempo, no está en la posición ideal para dar esos pasos claves. Mientras esperes que el mundo cambie para ser feliz, pues no has comenzado el camino para serlo. No puedes, porque el mundo... no va a ser como a tí se te da la gana, sino como es. Cuando dejas de culpar de tus "desgracias" a tu papá, a tu mamá, a tu pareja, a tu jefe, ahora sí estas en en el camino del realismo. Pueden tener una parte de la responsabilidad de algunas circunstancias duras de tu historia, pero responsable - responsable, sólo tú. El tema no es si "es justo o no es justo". El tema es que no funciona. El único timón que puedes asumir es el de tu vida. Por supuesto que sería mejor que el mundo fuese como a nosotros nos gusta. ¡Sería genial! pero no es realista. Ése es el problema.
¿Y cómo dejar de sufrir? Aquí vienen unos cuantos consejitos de peluqueria. Recuerda que las emociones son un tipo de pensamiento, sufrimos por cosas que pensamos acerca de lo que pasa, no por lo que pasa:
Combate la idea (irracional, loca, inútil) de:
  1. Los demás son injustos. No: los demás son humanos y... no tienen obligación de hacer lo que tú quieres.
  2. Necesito de alguien para ser feliz. No: sería bacano, puede ser al menos interesante, pero puedes ser perfectamente feliz sólo/sola. Incluso, si eres emocionalmente independiente podrás ser más feliz con otras personas, porque no necesitarás que "ellos" te organicen su felicidad.
  3. Estoy mal. No: en este momento, hoy, estás un poco triste, un poco ansioso, un poco lo que sea. Pero tú no eres "la ansiedad", ni "la depresión", ni "la rabia". Eres mucho más que eso, pero te toca empezar a mirar lo demás. Así de simple. 
  4. No podré reconstruirme de esto. No es verdad: siempre cambiamos, siempre hay oportunidades. Personas en situaciones muy complejas han sido capaces, y probablemente tú mismo / tu misma lo has conseguido en otras ocasiones. ¿Te acuerdas de tus dramas de colegio, de ese noviazgo que pensabas eterno y resultó una relación con el lobo feroz / la bruja mala del oeste? Pues mira que lo superaste. Así que muy probablemente lograrás pronto salir de este hueco, que no es tan grande como piensas. 
  5. Mi vida no tiene sentido. ¡Nooo, que te pasa! Claro que sí. Ese romance se acabó, ese hijo tuyo está en un problema, pero esos son aspectos de la vida. Una parte de la vida. Un tiempo. Vive hoy, trabaja por las soluciones hoy, y ya mañana será otro día. No sufras por adelantado, cuando puedes enfrentarte a los problemas en cómodas cuotas diarias. 
Y dos ideas finales:
  • Disfruta el día. Hoy. Ya mañana veremos que pasa. Trabaja hoy para que mañana sea un poquito más fácil.
  • Has meditación. De algún tipo, incluso la meditación contemplativa del fondo de una botella de Old Parr. Ya verás que hay muchas otras cosas en un día. 
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jueves, 22 de diciembre de 2011

Ayúdame menos

"Ayúdame menos"
Yo mismo, en un momento de particular inspiración.
Las fiestas especiales, incluídas la Navidad, son una ocasión única en que familias perfectamente normales (es decir, moderadamente disfuncionales) aprovechan para encontrarse, comer dietas altas en azúcares y grasas y ponerse al día en la peleas acumuladas en los años. Siempre son también una buena oportunidad para recibir algún que otro comentario bienintencionado y displacentero.
Las tareas de crecimiento personal con frecuencia necesitan el buen impulso de un consejo sincero. Pero, mi experiencia (personal y como terapeuta) es que esos consejos se reciben mejor del psiquiatra, el psicólogo, el cantinero y hasta de la loca de la esquina que de la gente más cercana.
¿A qué se debe esto? Difícil de establecer en cada caso particular. Hay muchos temas mal resueltos con la gente más cercana. Además, no los podemos mandar a la m como sí podemos con los otros personajes, incluído el terapeuta, que además está entrenado para que le importe un chorizo que lo mandes a la m.
Hay unas razones específicas para que nos resulte molesto el comentario constructivo:

  1. Te lo dicen (o lo interpretas así) proveniente de una cierta autoridad. Por ejemplo, cuando la casada, envuelta en un matrimonio sufriente y terrible le recomienda a la soltera recalcitrante que se case. En esas ocasiones, uno podría perfectamente responderle: "precisamente no me caso al ver tu terrorífica experiencia". Una respuesta así puede dar al traste con una cena navideña. 
  2. Te dicen algo... en lo que tienen la razón, al menos en un alto porcentaje. Pero, resulta que el hecho de que alguien tenga la razón y te convenga incluso el consejo, no lo autoriza a decírtelo. Imagínate un vidente que tuviese la capacidad de ver de forma clara los defectos de los demás y de dedicase a pasearse por un centro comercial iluminando a las otras personas con el singular resplandor de la verdad. Le calculo media hora antes que alguien le parta la cara. 

Algo de sentido común entonces:

  1. Tú, yo, la loca de la esquina, el propio consejero, etc., tenemos defectos. Y nos conviene querernos como somos, también con esos defectos. Aceptación y Compromiso. Compromiso con cambiar, ponernos las metas, hacer cosas, y mientras mejoramos, aceptarnos plenamente como somos. 
  2. Podría ocurrir que el hada de los consejos suelas ser tú. Perdóname ser tan claro: te harás insufrible. Amplificarás la percepción de tus propios defectos ante los ojos de los demás. Te recomiendo lo mismo: aceptación y compromiso. Acepto a los demás como son, con defectos, y así tendré la paz y serenidad suficiente para aceptar lo que no puedo cambiar, y ayudar de modo eficaz y silencioso cuando está en mi mano. Piénsalo: ¿alguna de las personas a las que has aconsejado sin que te lo pidieran tomó bien y eficazmente tu consejo? Es una experiencia poco frecuente. Muérdete un poquito más la lengua y piensa mientras tanto cómo podrías ayudar de un modo más funcional... y acuérdate de un pasaje de la Biblia, que recomiendo a algunas personas especialmente: esa que habla de la paja en el ojo del prójimo y la viga en el propio. Con frecuencia nos molestan más los defectos... que sospechamos compartimos. 
  3. Y... dedícate a gozar la Navidad. Habla con los tuyos, escúchalos, diviértete con ellos. Y déjalos en paz. Tienen derecho a tener defectos, como tú mismo tienes ese derecho. No porque seamos mediocres, sino porque somos humanos. 

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jueves, 15 de diciembre de 2011

Decídete a cambiar... sin sufrir mientras tanto.

Salte de la telenovela, y shake that ass.  
-Frase de la cultura popular (la mía).
Suena muy fuerte ponerlo todo en español clarito, pero la idea es clave. Cuando nos sentamos a sufrir porque las cosas que nos gustaría que cambiaran de nuestra vida aún no cambian, conseguimos justamente eso: sufrir. A punta de sufrir no se logra nada. Mientras estamos sentados pensando que: 
El mundo es injusto.
La gente no me apoya.
Me han faltado oportunidades.
Tantas cosas me han salido mal.
Dejo de poner los medios para combatir las ideas locas que me frenan. Porque, son ideas locas. La mayor parte de las veces. Veamos: 
El mundo es injusto. Cierto, muy cierto. Y aveces, el que sea injusto juega a favor tuyo. ¿No te ha pasado que, a pesar de cometer errores y hacer tonterías te va bien en algo? Por eso: porque el mundo es injusto. 
La gente no me apoya. Ciertamente. Ellos mismos tienen sus problemas. De echo, muchas veces es una ventaja que la gente no te apoye, porque ellos tienen sus propias ideas y te pueden empujar a cometer errores que no son tuyos. Por lo menos, equivócate con tus propias metidas de pata. Y además, cuando la gente te apoya, le da por pedirte cuentas. En no pocas ocasiones, uno tiene ganas de pedirle a alguien: "ayúdame menos"
Me han faltado oportunidades. Si, mientras lloriqueas por tus desgracias, se te pasan las oportunidades que no te han faltado. 
Tantas cosas me han salido mal. Si, cierto. Pero alguna te ha salido bien. En el peor de los casos, alguna te saldrá bien en algún momento. No hay persona tan de malas. Y... quien hace cosas, alguna vez se equivoca. ¿Quién te ha dicho que uno triunfa siempre?
Lo decía claramente P. Drucker (Lo he citado varias veces): Deja de pensar en tus sentimientos y ponte a hacer tu deber. Y el mejor día es hoy. 
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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Decídete

Acceptance is not love. You love a person because he or she has lovable traits, but you accept everybody just because they're alive and human.
Albert Ellis
Nos debemos querer como somos. Ya. Por eso, pienso que la idea de "autoestima" suele ser peligrosa, porque se basa en el reconocimiento de los aspectos valiosos que tenemos. Prefiero la de "autoaceptación incondicional", porque es quererme ya, como soy, también reconociendo que tengo defectos y no me hacen una persona globalmente fallida ni mala.
Aún así, es admisible que tengamos aspectos de nuestro modo de ser y nuestro recorrido personal que deseemos mejorar. Incluso situaciones realmente complejas, porque requieran mucho tiempo y varios procesos para alcanzar la meta.
Pues el primer paso es realismo. Y este realismo incluye una decisión: Si quieres mejorar, depende de tí. No del mundo, ni de las otras personas. Los demás no son "culpables" de tu situación. Posiblemente han colaborado, pero tú aceptaste que te importaran más allá de lo razonable las opiniones y sugerencias de los otros. Y digamos, por ejemplo, que fulano contribuyó al fracaso de tu empresa... Pues tú lo tenías como socio, lo dejaste allí o no pudiste deshacerte de él. Así que... responsable, colaborador, pero no culpable.
Y tú tampoco eres culpable. Has contribuído, cometiste errores -eres humano, ¿cierto?- lo pudiste hacer mejor, pero, no decidiste en forma radical destruirte la vida. Y si lo hiciste, pues lloriquear por el pasado no sirve para nada.
Cuando estés con la cabeza llena de un sólo problema, y todo el día deseas volver al pasado y cambiar lo que ocurrió... ¡Despierta! Eso no es realista. Llénate la cabeza de planes y soluciones, levántate de la cama donde te has dedicado a lloriquear y ponte a hacer algo. No eres la primera persona que ha tenido que reconstruirse de cero. En algún momento puedes requerir ayuda profesional, la compañía y consejo de un amigo sensato o quizá hasta algunas cuantas pastillitas. Pero, la solución está en tí. Si esperas que el mundo cambie, que las personas te resuelvan tus problemas... pues es una esperanza peligrosa, porque se apoya en ideas que no son realistas. Tus problemas son tuyos. Nadie los puede llevar con el mismo compromiso que tú. Ni aún tus padres. Ni tu marido, ni tu esposa, ni tus hijos. Tú.
Por supuesto podemos esperar y desear un mundo mejor. Maravilloso. Yo también quiero volar como una foca sin sobrepeso. Pero, las ideas irracionales son disfuncionales por ser irreales, y lo irreal... no funciona en el sentido que estamos hablando.
Así que te toca a tí. Ya verás que puedes, que esa tragedia en la que navegas... pues finalmente no es tan grave (lo único grave de verdad es morirte, y cuando te mueras pues ya no tendrás de qué preocuparte). Mientras, hay un mundo de posibilidades. Todas.
Un libro que puede ayudar en ratos como ese es "El hombre en busca de sentido" de Viktor Frankl, el padre de la Logoterapia. Es accesible y se lo ha leído todo el mundo. Róbaselo a tu amigo de confianza.
Y... otro día comento la cita de Ellis.
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martes, 13 de diciembre de 2011

Aceptando la realidad

Attention in and of itself is curative
Fritz Perls 
Perls, creador de la terapia Gestalt ofrece esta idea clave. La advertencia plena, del presente, es por sí misma una solución al sufrimiento cotidiano y a las decisiones erróneas que acompañan nuestras fugas de la realidad.
Con frecuencia, nos atenazan pensamientos sobre el futuro (tendré esto, aquello se hará difícil...) o sobre el pasado, sufriendo por aquello que pienso es un error, y realmente no puedo cambiar. Este es un primer paso, aceptar el futuro como incierto y el pasado como historia. Esos juicios e ideas ocurren en el presente, ahora, cuando estoy viviendo una determinada situación y hago una predicción de desgracia, frecuentemente sin bases y siempre inútil, o juzgo mi pasado de una forma global negativa, que además de ser poco ajustada a la realidad (difícilmente todas y cada una de las decisiones de mi pasado han sido errores) no sirve para nada, porque el pasado es historia y ya. Puedo aprender de él, pero no me sirve de nada culparme.
Ser consciente de estas ideas es un paso clave: la conciencia del presente ayuda a percibir ese tumulto de juicios y calificaciones que nos llena la cabeza y nos distorsionan la percepción de la realidad. Esa conciencia de nuestras ideas es el centro de muchos modelos de meditación oriental que luego han entrado a la intervención médica y psicológica con resultados positivos.
El percibir esos juicios, siendo atento a esos procesos interiores nos ayuda a reconocerlos como ideas que están en nuestra mente, aceptándolas como son: ideas, juicios, calificaciones.
¿Algunos ejemplos de esas ideas? Cada uno tenemos los propios, pero algunas constituyen grupos bastante frecuentes:

  • Esperar que los demás cambien mi vida: hace que pensemos el mundo como gente justa / injusta, culpables de nuestros problemas. La realidad es que el timón de mi vida lo tengo yo, en lo que es posible dirigir la propia vida. Me corresponde a mí encontrar medios para trabajar con las personas que tengo delante, o aprender de ellas, o dejarlas pasar. Pero no son ellas las que tienen que pensar en resolver mis asuntos, es mi tarea ser responsable de pensar, en cada día, soluciones. 
  • La visión de telenovela, que dispara las ideas de tragedias en el futuro por el evento que estamos viviendo hoy, y nos distrae de pensar hoy las soluciones. En ocasiones, se trata simplemente de aceptar que las cosas son así y ya, y que lo mejor que podemos hacer es concentrarnos en otros temas, que son más importantes. 

Por supuesto, una técnica de Minfulness puede ayudar. Gran oportunidad de internet: consigues ejemplos muy fácil en youtube! En vez de seguir en tu telenovela... busca medios para salirte.
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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mamarse la gente inmamable

Siempre está la opción de intentar aprender de esa gente que no te aguantas.
La vida social y profesional nos ofrece notables oportunidades para coincidir con personas que no nos resultan agradables. Muchas veces, se trata de nuestras sobredemandas injustas: porque pretendemos que la gente sea como a nosotros se nos da la gana, y qué le vamos a hacer, todos tiene el derecho de ser como son. El mundo no tiene que ser como nosotros queremos. Esa es la verdad. La solución más fácil es evitar esas personas, pero frecuentemente no es posible o conveniente, porque dependemos profesionalmente de ellas, son nuestros socios, clientes... etc. A veces, el inmamable eres tú mismo, pero ya hablaremos de eso otro día.
Aún así, también es cierto que hay formas del carácter de los que hay un cierto acuerdo de insoportabilidad. Ojo, eso ya es mentira: nos puede costar trabajo, puede ser difícil, pero soportar, lo que se dice soportar, somos capaces. Pero sigamos, hablemos de esos que son pedanticos, un poco sobrados de sí mismos (soy un genio... he hecho muchas cosas, soy divino, tengo el mejor gusto arquitectónico desde que los egipcios hicieron las pirámides, me duele la cara de ser tan bella, y así hasta el infinito y más allá). Veamos algunas pequeñas verdades:
Tienen todo el derecho de ser y pensar de sí mismos lo que se les dé la gana. Todos tenemos derecho a nuestras pequeñas idioteses.
  • Cada persona tiene muchos aspectos de la personalidad, algunos más atractivos que otros. Suponer que esa persona es 100% insoportable es sobregeneralizar. Puedes intentar conocer otras áreas de esa persona. 
  • Que le vamos a hacer, hay personas que realmente son más inteligentes que tú, más bonitas que tú, etc. Que lo comenten todo el día no es muy bacano... pero tienen derecho. 
  • Es mejor estar rodeado de amigos que son más inteligentes que tú, más bonitos que tú, con mejor cuerpo que tu. Eso significa que tienes mucha gente de la que aprender... y digámoslo claro, estarás en un grupo muy bacano. Y cuando te genere un poco de rabiecita... pues acepta con tranquilidad que por lo menos saldrán muy bacanas las fotos.
Por último, siempre puedes aprender. Mira a la cara a esa persona, y disponte a aprender algo. A mi lo que me resulta realmente difícil es soportar a alguien de quien no pueda aprender nada... Y la verdad, aún no me he topado con nadie tan imbécil que no me pueda aportar algo, lo que sea. En estos días le aprendí a un modelo (de esos de revistas) algo sobre cómo hacer abdominales eficaces. A lo mejor hasta hago algunos estos días.
Estos son entonces mis consejitos de peluquería del día:
  • Actitud de aceptación: esa persona tiene derecho, incluso a ser un perfecto imbécil.
  • Actitud de objetividad: busca otros aspectos de esa persona, ¡algo bueno tendrá!
  • Actitud de aprendizaje: ¡venga, voy a aprenderle algo!
Piénsatelo la próxima vez y prueba, verás que sale algo bacano.
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lunes, 5 de diciembre de 2011

Pequeño inventario de ideas locas

La madre de todas las ideas locas: "no puedo cambiar".
Beck y Ellis evidenciaron tres características comunes en las diversas formas como distorsionamos la realidad: Exagerar lo negativo, desconocer lo positivo y generalizar. A partir de allí, vivimos un mundo visto con lentes distorsionados, donde las cosas son terribles, nada de lo que nos pasa es bueno y los eventos son vistos en blanco y negro (de hecho, frecuentemente sólo en negro).
En algún momento somos capaces de darnos cuenta que esa forma de ver el mundo nos hace sufrir, y no vale la pena. Entonces nos enfrentamos a la madre de todas las ideas disfuncionales: "no puedo cambiar".
Esta situación incluso la encuentras cuando la persona acude a consulta y te lo dice. Mi primera pregunta es ¿entonces a qué vienes aquí? Porque resulta un poco caro someterte a unas sesiones que, si fuese cierto el planteamiento, no sirven para nada. Yo tengo claro qué cosa vendo en la terapia: vendo estrategias para ser feliz. Vendo felicidad. Y ese cambio ocurre cuando descubres que tu felicidad depende sólo de tí, y no de que el mundo sea justo o tu pareja / amigos / familia te hagan felices. Es decir, emprendes la tarea de trabajar para ser feliz tú mismo, cambiando el modo sobredemandante e irreal de exigir al mundo, a los demás o a tí mismo.
Y para eso es clave que, cada vez que se te pase por la cabeza que no puedes cambiar (ocurrirá con alguna frecuencia), te exigas demostrartelo a tí mismo. Verás que no tienes razones. No es real. La evidencia cotidiana es contraria: cambiamos a cada momento, incluso a pesar de nosotros mismos. Esa es una tarea básica, y te toca en gran parte a tí.
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Sufrir no es una estrategia

Ante un problema, la mejor elección es hacer algo. Por supuesto, puedes equivocarte, pero siempre es mejor que no hacer nada. 
Todos pasamos, a lo largo de nuestra vida y en cada día, por situaciones más o menos duras. Algunas pueden ser realmente tremendas. Muchas de ellas, casi todas, nos demandan decisiones y posiciones, con frecuencia difíciles de tomar.
Pues bien, sufrir por el problema no soluciona nada. Lo más frecuente es que sufrir nos dificulte decidir y emprender el camino de las soluciones. Lógicamente no somos de palo, y algo de molestia tendremos. Incluso mucha.
Más allá, frecuentemente sufrimos por aspectos bastante irreales que provienen del modo como enfrentamos el problema. Es que sufrimos por lo que pensamos del problema, no por lo que nos pasa. Pensamos que la situación es insoportable. Difícil probablemente, pero insoportable... Hay muchas personas que pudieron sobrellevar el campo de concentración durante el régimen Nazi. Ponme un ejemplo más complicado y vemos... Pensamos que es lo peor que nos puede pasar. Y no, lo peor que nos puede pasar es morirnos, y cuando nos morimos se acaban las preocupaciones. Todo lo demás, son pequeñas historias duras comparadas con morirte. Incluso hay cosas muy duras y menos dramáticas que morirte. ¿Compararías el dolor de esa relación disfuncional en la que vives con la muerte de uno de tus hijos? ¿con un buen cáncer basocelular en la cara? E incluso, luego de la muerte de un hijo o de un cáncer, podrás seguir adelante.
Sufrimos porque pensamos que esos cuernos que te han puesto son terribles. Pero no, no sufres por los cuernos sino porque piensas... que eso demuestra que has fracasado como mujer / hombre; que no lo has hecho bien... que no te podrás reponer de eso ¿seguro? Mira que son ideas con bastante poca evidencia de realidad, pero las aceptamos de forma bastante acrítica.
En ocasiones, aceptamos que "deberemos sufrir" porque no podemos cambiar. Si. Esa es la primera idea loca que no nos deja levantarnos. Si. Sí puedes cambiar, de hecho, has cambiado mucho a lo largo de tu vida. ¡Demuéstrame lo contrario! racionalemotivo.blogspot.com

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Cinco ideas breves...

Si nos puedes contar el libro rapidito, ¿porqué no nos ahorras leerlo? 
 Miguel, estudiante de posgrado.
En muchas ocasiones, las ideas cortas nos ayudan más a enfrentar una situación que las argumentaciones largas. Pues nada, aquí van las primeras:

- No gano nada armando una telenovela con las situaciones que NO puedo cambiar.
- No gano nada armando una telenovela con las situaciones que PUEDO cambiar.
- El mundo es injusto. Y eso, algunas veces, juega a mi propio favor.
- La gente no tiene que hacer las cosas como yo quiero. De hecho, no lo hacen así y el único que pierde con no aceptar esa realidad soy yo.
Y por último, una frase que me encanta (la he citado otras veces) y que es muy sensata, del gran Drucker: "deja de pensar en tus emociones... y ponte a hacer tu deber".

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lunes, 28 de noviembre de 2011

Las trampas de las decisiones en caliente

La suerte favorece a la mente preparadaLouis Pasteur
La llamada "tercera ola" de psicoterapia combina el trabajo sobre las ideas perturbadoras con las intervenciones de aceptación y conciencia plena, centradas en la relación de las personas con sus pensamientos y emociones.
Una de las experiencias a cuyos retos nos enfrentamos cotidianamente es la toma de decisiones. Nuestro día está lleno de elecciones pequeñas y grandes que varían el curso de nuestra existencia de forma imperceptible pero eficaz. En psiquiatría y psicología hay toda un área de conocimiento centrada en el estudio de la capacidad de toma de decisiones, y nos hace evidente que raramente estamos en plenas condiciones para tomarlas. Lo más frecuente, es que decidamos con información parcial y poco procesada, así que cada elección pequeña tiene una alta proporción de apuesta.
Entonces lo real es que debemos decidir asumiendo el riesgo de no tener control total. Eso es lo que hay. Y el mundo, los líderes de la historia y hasta la señora de los tintos hemos llevado la vida con este hecho. Y nuestras vidas y las historia han seguido adelante.
Sin embargo, algunas guías básicas nos pueden servir a la hora de tomar una decisión. Primero, cabeza fría, aceptando la realidad: el mundo seguirá adelante y yo mismo también con algún error. Siempre, mientras estemos vivos, hay oportunidad de volver a tomar el camino. Para esto, nos sirve mantener una actitud serena frecuente, como la que nos ofrece la práctica frecuente de alguna estrategia útil para el control del estrés, como el Mindfulness o ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso).
Luego, podemos evaluar nuestras decisiones con una regla. Con frecuencia, para la mayor parte de las decisiones, basta una muy fácil: Que nuestras elecciones sean (1) Proactivas y (2) Defensivas. Podemos repasar el tema: son proactivas cuando conducen a algo positivo, cuando la meta es la construcción de algo, y no el rechazo, la huída o la venganza a otros. Son defensivas cuando el precio de esa meta es proporcionado en relación con nuestros mejores intereses.
Si repasamos nuestras decisiones, incluso aquellas en las que definitivamente metimos las patas (pero ojo, aquí estamos y hemos sobrevivido, así que no fue el fin del mundo), podremos aprender cuál de estos elementos hemos descuidado. Hoy mismo tendremos muchas ocasiones de practicar este camino.
¿Y del Reducción del Estrés Basado en Mindfulness? ¡Otro día! - racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 25 de noviembre de 2011

Viviendo tranquilo y Mindfulness...


Toma mucho tiempo hacerse joven
— Pablo Picasso
Hubo un día en la vida de cada uno de nosotros en que comenzó un monólogo interior continuado que no se interrumpe mientras dura activo nuestro cerebro. Con mucha frecuencia, casi de forma continua, ese monólogo está lleno de juicios morales: "esto es bueno, esto es malo". Este hábito está fuertemente enraizado en nuestra cultura, que nos lleva a comparaciones, juicios sobre nuestro pasado, condenas a personas y situaciones y hasta temores sobre nuestro futuro.
La continua máquina de evaluación de nuestra cabeza moralizante nos conduce a prejuicios sobre personas y situaciones, mata la experiencia pacífica e interfiere la toma de decisiones funcionales.
Con una alta frecuencia, esos juicios incluyen notorias fugas hacia nuestro pasado, que no podemos cambiar, y nuestro futuro, que no podemos controlar.  Además, tenemos una notable tendencia a seleccionar pasajes difíciles y complejos de nuestro pasado en vez de mirar tantos episodios positivos y experiencias amables que hemos tenido tantas veces. Es como mirar un album de fotografías en las que hemos seleccionado y conservado imágenes de viajes llenos de sepelios, catástrofes y personas terribles.
Las técnicas de meditación de origen oriental se han incorporado a las intervenciones de la llamada "segunda ola" en psicoterapia, con experiencias positivas de aplicaciones técnicas y clínicas que van desde el MBSR (Reducción del Stress basado en Mindfulness) hasta las intervenciones para el dolor crónico aplicadas por Kabat-Zinn en la Universidad de Massachusetts.
Combinadas con intervenciones cognitivas (sobre nuestras ideas), las técnicas como el mindfulness son una notable ayuda para controlar esas "fugas y juicios" que nos hace sufrir. Así, las llamadas terapias de tercera ola combinan la terapia cognitiva, es decir, la disputa, cambio y reestructuración de las ideas disfuncionales con técnicas de meditación de origen oriental. El mindfulness (conciencia plena) se concentra en la relación de las personas con sus pensamientos, orientándose a la conciencia del momento y la experiencia del presente deteniendo el juicio. Pues vamos a intentar hacer una pequeña introducción a la experiencia de tercera ola en estos días... Veamos con Google Statistics a cuántos de Ustedes les atrapa! racionalemotivo.blogspot.com

martes, 22 de noviembre de 2011

El inmenso mundo de las tonterías - 1

Por poder se entiende cada oportunidad o posibilidad existente en una relación social que permite a un individuo cumplir su propia voluntad. 
Max Weber.
Dicho de forma rápida, y menos técnica, poder es la ocasión que se me presenta para hacer lo que se me da la gana. Sin más razones. Porque se me da la gana. La adicción al poder (que tenemos todos...) nos lleva con alguna frecuencia a hacer tonterías incontables, porque resulta que todo lo que hacemos tiene consecuencias, y si haces lo que se te da la gana a las patadas... alguien te la puede devolver. O la vida misma, porque "lo que se me da la gana" puede estar muy distante de "lo que me conviene".
En general, la toma de decisiones puede basarse en dos metas básicas: que sea proactiva y defensiva. Es decir, hacerlo por algo que busco (y no para evitar, huir, o vengarme) y evaluando que el precio de lo que busco no sea excesivo. A eso último lo llamo "defensivo". Te pongo un ejemplo: en ocasiones, puedes querer mandar a la m* a alguien de tu equipo o a un cliente... porque "te parece justo", "se lo merece", "se lo buscó", etc. Pues... bien. Pregúntate: ¿en verdad gano algo más que el saborcito de la mandada a la m*? Porque perder ese cliente o ese colaborador puede salir bastante caro.
Claro que hay gente inmamable que se merece una patada en el c*lo. Peeeero, a lo mejor gano más buscando algo mejor: reemplázalo por un mejor cliente o un mejor colaborador. Como venganza es bastante eficaz e incluso sales ganando.
En todo caso, me parece práctico revisar si no estoy juzgando de forma global a esa persona. A lo mejor tiene alguna cosa buena. Es probable que tenga varias. Y es mejor mirar eso, porque conseguir un buen colaborador, incluso uno mediocremente bueno, no es fácil. Y clientes... no te recomiendo ir botando. En mi opinión, el único cliente que no sirve es el que no te produce nada, y ese no es cliente.
Lógico que tienes que aguntar el deseo irrefrenable de mandar a alguien al zipote. Entonces, consejitos de peluquería para ese momento: recuerda que nuestras emociones cambian cuando cambian nuestros pensamientos hiper-exigentes, irreales:
1. Esto es lo que hay. Piénsalo: a lo mejor cambias ese colaborador por uno... incluso peor. Una dosis de realismo.
2. Es cansón, inmamable... pero lo puedo soportar. Nadie ha muerto por aguantarse a un insufrible. De hecho, ES sufrible. Lo puedes sufrir, eres capaz.
3. Si finalmente evalúas y te desencartas de ese personaje, pues no pasa nada. Incluso no podemos retener a los buenos clientes y se nos van buenos colaboradores... y la vida sigue. Esto es lo que hay: la realidad.
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jueves, 17 de noviembre de 2011

Liderazgo de tienda de pollos...

Executives who do not manage themselves for effectiveness cannot possibly expect to manage their associates and subordinates. Management is largely by example.
Peter Drucker
Las culturas corporativas centradas en el poder y verticales, operan a partir de la autoridad. Efectivamente, funciona más o menos cuando lo que lideras es una tienda de tres empleados que se dedica a vender pollos. Este esquema, obliga a la supervisión permanente y reclama actos de dirección continuos porque no permite la iniciativa.
Cuando la organización crece, tanto por el número de personas como por la especialización del proceso, es necesario que cada persona asuma un liderazgo personal orientado a las metas comunes. No resulta posible un seguimiento directo de actividades específicas y especializadas.
Muchas de las empresas nuevas fundadas en tecnología son especializadas, de personal contenido y altamente formado, y las empresas grandes reclaman liderazgo específico en lugares cruciales... así que parece no haber escapatoria: el liderazgo será por el ejemplo, o no existirá para nada. Primero tú. Así que, de la mano de Drucker, algunos consejitos de peluquería para poder manejar esta realidad, resolviendo las ideas locas que nos bloquean la acción:
1. Manejarte a tí mismo, sobretodo en esas áreas en las que has fracasado antes es una necesidad, no una opción. Así que toca: esto es lo real. Y para esto, lo real es que costará trabajo, pero no es imposible. Mira a tu alrededor, hay mucha gente bastante menos competente que tú que lo está logrando.
2. Cometer un error no es el fin del mundo. De hecho, es inevitable, porque es lo humano. Así que deja de lamentarte cuando pase, y dedícate a aprender de esos errores para no repetirlos o contener su daño.
3. El mundo es injusto, acostúmbrate a eso, advertía Albert Ellis. Pero, en algunas ocasiones, la injusticia juega de tu lado, y a pesar de haber cometido miles de errores organizativos... ¡Ganas! No te acostumbres a dejar las cosas al azar -no siempre jugará de tu lado la injusticia- pero tampoco le dediques tiempo a lamentarte, porque con lamentarte no va a cambiar.
4. Controlar las emociones es básico. Las emociones son las consecuencias de nuestro pensamiento, y serán disfuncionales cuando pensemos tonterías irreales. Así que si "sientes" que tienes ganas de matar de forma violenta y dolorosa a un colaborados, a tu socio, etc... pues es porque "piensas" que se lo merece por ser... de forma distinta a como a tí te gustaría que fuera. Pues eso, es irreal. La gente no actúa pensando en hacerte feliz. Llega a acuerdos claros: las personas no tienen porqué interpretar lo que tú deseas si no lo dices... y tampoco tienen porqué hacer todo lo que a tí te gustaría, sólo a aquello a lo que se comprometan expresamente.
5. Todo se puede decir: depende del modo. Hay una frase de la cultura popular un poco dark pero clara: tumbando y capando. Cuando pienses que algo debe resolverse... ¡de una! a hablarlo claro y a llegar a acuerdos. Con calma. Y para tener calma, aceptando que el mundo mejor, ese que te "gustaría" es eso: el mundo de tus ilusiones. El mundo real está lleno de gente problemática y cabrona como tú y como yo.
6. Actúa bien. Tarde o temprano te rodearás de gente adecuada. No pienso que se trate de magia o de una especie de recompensa divina: es que si actúas bien, generas relaciones de confianza. Si actúas mal, podrás hacer trampa alguna vez a una persona, pero no dos veces...
7. Hay cosas más importantes que tu trabajo. Tu trabajo es parte de tu vida, significativa sin duda, pero sólo parte. Incluso las relaciones emocionales, amistades etc que desarrollas en el mundo laboral están por fuera del mundo laboral. Dedícate tiempo a tí, a tu espiritualidad (la que tengas: Dios, Buddha, la pirámide, tu propio ombligo) y a la gente valiosa que te rodea. Y procura gozar lo que haces, porque eso es lo que tienes.
8. Siempre hay tiempo, aunque te estés cayendo de viejo. El tiempo acaba sólo cuando te mueres. Y hasta ese día por la mañana habrá cosas que mejorar y hacer, en tu trabajo y en tu vida. Lógico, hay cosas que no puedes hacer a ciertas edades: ser campeón olímpico de natación, aprender a tocar piano para conciertos... pero todo lo demás (incluso nadar para divertirse y tocar piano para torturar al vecino) puede aprenderse y hacerse a cualquier edad: deja que la realidad te ponga los límites y tú ocúpate de divertirte. racionalemotivo.blogspot.com

lunes, 14 de noviembre de 2011

Liderando al primero que toca...


History's great achievers - a Napoleon, a Da Vinci, a Mozart- have always managed themselves. That, in large measure, is what makes them great achievers. 
- Peter Drucker
Los grandes triunfadores de la historia se han siempre manejado, y en primer lugar, a ellos mismos. Drucker atribuye a esa habilidad el suceso de estas personas. Si miramos a los líderes actuales, e incluso a los líderes cotidianos que nos rodean, quizá menos sonoros y destacados pero igualmente realizadores, es evidente que son personas que han tomado el timón de sus propias vidas. 
Tomar el propio timón es, en buena parte, cambiar el modo como pensamos sobre el mundo y sobre nuestras oportunidades. Asumir la realidad: nuestras vidas las podemos cambiar sólo nosotros... y evitar el esperar sentados por cambios de la fortuna. Así, nos toca empezar a movernos por lo que realmente tenemos en nuestras manos: nuestras propias decisiones. 
Para poder tomar el timón de la propia vida, hay otra idea loca que debemos confrontar: esa demanda al mundo por oportunidades. "Haré lo que quiero cuando las circunstancias ideales se den...": terrible error. Las mejores circunstancias son las que hay en la realidad, las que hay ahora. Lo mejor que puede pasar... es lo que realmente ha pasado. Lo demás, son sueños, ideales, cosas que me gustarían... pero que no están en la realidad, no están ocurriendo. 
Manejarnos es manejar nuestros pensamientos: entender que si quiero que algo ocurra con mi vida, depende de mí. Si quiero que algo ocurra con las personas que me rodean, con mi equipo, depende de mí. Si quiero que algo ocurra con mi mundo, depende de mí. Tomar el timón es dejar de esperar que la fortuna, la suerte o la magia hagan por mí lo que sólo depende de mí. La suerte favorece... a la persona preparada. racionalemotivo.blogspot.com

domingo, 13 de noviembre de 2011

Pelear no factura... ¡pero cómo dan ganas!

La mejor venganza se sirve fría
Cultura popular
Las decisiones funcionales no necesariamente son agradables. No es extraño que aún teniendo muy claro lo que más nos conviene hacer, tenemos simultáneamente la idea de una cierta "justicia" que deberíamos operar.
La razón es muy simple: lo funcional no tiene porqué ser fácil. Cuesta trabajo, puede ser difícil, pero es posible. Algunos aspectos de la cultura proponen un modelo rígido de justicia: "el que la hace, la debe pagar". El problema resulta cuando nos enfrentamos a la realidad: arrastrar tras nosotros rencores nos lleva a ser personas negativas y ásperas, y finalmente no conduce necesariamente a una ganancia real para nosotros.
Entender que la "venganza" no tiene sentido práctico no implica renunciar a una compensación del daño causado. Pero, de hecho, para solicitar y lograr compensaciones es mucho más conveniente tener la cabeza fría
Esa idea nos puede ayudar mucho: la primera tóxica (y profundamente irracional) afirma que determinados aspectos de nuestros hábitos no los podemos cambiar. No es cierto: podemos cambiar esa "necesidad" de venganza. Puede costar un poco de esfuerzo, pero no es imposible.
racionalemotivo@blogspot.com

viernes, 4 de noviembre de 2011

Tomando decisiones

In any moment of decision, the best thing you can do is the right thing, the next best thing is the wrong thing, and the worst thing you can do is nothing. 
-Theodore Roosevelt 
La toma de decisiones ocurre, casi siempre, en  entornos de gran incertidumbre. Raramente tenemos que elegir entre una opción maravillosa y otra terrible. En cambio, constantemente decidimos entre varias opciones prometedoras, o entre diversas salidas costosas. Nos lo advierte Roosevelt: la peor cosa que podemos hacer es no hacer nada. Incluso es mejor decidir la opción que no es ideal.
Ese "detenerse" y aplazar las decisiones puede estar movido por al menos dos ideas no muy funcionales. La primera, bastante irreal: suponer que hay decisiones perfectamente correctas en todas nuestras elecciones. Esto raramente ocurre. Y la otra, es el temor a equivocarnos cuando decidimos, que muy difícilmente podremos evitar. Porque nos equivocaremos en muchas ocasiones, y lo que más nos sirve es acostumbrarnos a esta realidad y por tanto preparanos para reconstruirnos y reconstruir a nuestro alrededor cuando pase.
Dejame decirlo más fácil: no somos perfectos, cometemos errores. El mundo no es perfecto ni justo, y por tanto tendrás opciones siempre promedio, con aspectos menos buenos y algunos útiles. Esto es lo que hay: la mejor cosa que puedes hacer es decidir lo correcto, y la siguiente mejor cosa, decidir la opción equivocada. lo peor que puedes hacer... es quedarte allí, sin hacer nada. racionalemotivo.blogspot.com

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Comprar afecto es muy caro...

Comprar afecto es muy caro y necesitas un vendedor más o menos raro...
En ocasiones, buscamos de forma inconsciente "manipular" el afecto de otros a través de conductas un poco bizarras, inusuales y conflictivas. Con esas estrategias, logramos que otras personas nos atiendan más y así se refuerza una dinámica un poco tóxica de comportamiento no funcional para lograr nuestros objetivos.
El problema es que esas ganancias (usualmente llamadas "ganancias secundarias") terminan resultando complejas de sostener, porque le hacemos difícil la vida a personas significativas, y a largo plazo no son sostenibles. Nos convertimos en el enfermo designado, en el loco de la cuadra. 
En muchas ocasiones, se trata de una cierta inhabilidad para negociar nuestros intereses de un modo proactivo y funcional. Nos acaba costando trabajo emocional y relacional excesivo.
Estas relaciones tóxicas sólo funcionan mientras consigues alguien a quién "venderle" tu conducta. Con frecuencia, personas de la familia. Quizá en ocasiones somos conscientes de necesitar ayuda para salir de allí, pero somos igualmente conscientes que nos resultará difícil, y que el cambio tendrá que venir de nosotros.
Cuando la situación se hace más intensa, no es extraño que estas personas acudan en busca de ayuda, principalmente impulsados por la familia. En terapia, las personas que consiguen ganancias secundarias suelen renunciar prontamente. Algunas veces, porque piensan que es imposible cambiar, otras porque enfrentarse a su situación resulta dura y otras... porque efectivamente duele reconocer que eres tú quien genera y vive de ser el raro o la rara. Pero, vale la pena que atiendas a la ayuda. Esta estrategia es muy cara, como sabes. Hace falta que el otro se sienta responsable de tí en un nivel no funcional, culpable. Y si la gente se sale de la trampa... tendrás que buscar a otro, y mientras tanto, sufres. Piénsatelo! racionalemotivo.blogspot.com

jueves, 27 de octubre de 2011

Si, pero cómo.

The art of leadership is saying no, not saying yes. It is very easy to say yes. 
-Tony Blair
Mi política es responder a las propuestas con un si, pero cómo. Es decir, siempre podemos encontrar un posible acuerdo, pero es un acuerdo, con unas condiciones.
Los latinos -y no sólo- solemos padecer la presión de la culpa, asumiendo que siempre debemos decir que sí a las propuestas, y nos cuesta trabajo dejar claro que nuestra aprobación es posible, con unas condiciones muy específicas.
Es realmente muy fácil decir que sí, pero eso tiene unos precios altos y duraderos. Y si no se puede llegar a un acuerdo, que lástima, pero no. Así, clarito: No. Es lo que nos recuerda Blair. Decir sí es muy cómodo, muy fácil. Pero eso, no es liderar ni construir.
racionalemotivo.blogspot.com

miércoles, 26 de octubre de 2011

Liderando gente promedio

Nunca des una orden que no pueda ser obedecida
— Douglas MacArthur
Ya tenemos claro que, con pocas y honrosas excepciones, debemos liderar a nosotros mismos y en las organizaciones siendo gente promedio. Eso es lo real. Pues, el mundo está lleno de otras personas promedio, con las que debemos trabajar.
El líder de un equipo se enfrenta a rasgos culturales complejos en diversas partes del mundo. Algunos de esos ejemplos son más marcados en el mundo latino, pero frecuentemente están asociados a las ideas irracionales en el campo del emprendimiento. Veamos algunos ejemplos:
Preguntas por una solución, y la persona te responde exponiendo porqué "no se puede": Mover a alguien de la zona de comodidad y asumir riesgos es una tarea clave en el liderazgo de procesos. Si la persona no se siente defendida, no asumirá decisiones que potencialmente le afecten en su evaluación de desempeño (la de la empresa y de sí misma). Lógico que hay también motivos un poco más humanos... y algunos más cutres: Qué gano yo... o incluso el que simplemente no quiere trabajar. También de eso hay. Pero, muy frecuentemente, se trata de un real bloqueo mental sobre las posibilidades. En otros casos, hábitos consolidados.
El temor a decir que no: El típico personaje que dice que sí, y luego no hace, no responde correos y no llama por teléfono... hasta que el tema explota. Está relacionado con niveles muy bajos de tolerancia a la frustración. Así como el personaje anterior "pone las manos" preventivamente, éste siempre dice que sí, incluso cuando sabe que no puede o incluso simplemente no quiere.
Perfeccionismo y procrastinación: Este personaje sí que hace cosas. Pero, se reclama que todo debe ser perfecto, olvidando que en la vida real, ése es un objetivo pero no una posibilidad real. Entonces revisa, vuelve a revisar, aplaza, se agota en los detalles. Bonito ejemplo de una meta convertida en una sobre-demanda. Los procesos que están a su cargo se entorpecen, olvidando que lo bueno si breve, dos veces bueno. [racionalemotivo.blogspot.com]

martes, 25 de octubre de 2011

El liderazgo de nosotros los mediocres

No institution can possibly survive if it needs geniuses or supermen to manage it. It must be organized in such a way as to be able to get along under a leadership composed of average human beings. 
— Peter Drucker
Ninguna institución podría sobrevivir si necesitase genios para manejarla. No, debe ser hábil para construir bajo el liderazgo de personas promedio. ¡Menos mal! Porque la mayor parte de nosotros, somos personas promedio. Incluso promedio tirando para abajo. Más que eso, las personas que destacan en un campo, con frecuencia tienen deficiencias, incluso grandes, en otros.
Ese es nuestro mundo humano, personas promedio. Con errores, con límites. En algunas ocasiones, asumimos que no podemos tomar el timón de nuestra propia vida -primer paso para dirigir cualquier organización- porque no somos especiales, geniales, increíblemente dotados. Pues el gran Drucker nos lo advierte, eso no es lo más frecuente ni sería viable una organización que supusiera distinta la población.
Lógicamente hace falta seleccionar bien el personal y los líderes que colocas en la cabeza de un equipo o de un proceso: podrías tener excelentes tenores en el equipo de fútbol, y eso sería un error de gestión serio. Lo más frecuente, es que tengas algunos buenos jugadores y alguna estrella. Y la estrella quizá no sea el personaje ideal para liderar tu equipo de fútbol. La experiencia lo enseña continuamente. Las habilidades del líder son otras.
Para nuestra vida cotidiana, es importante que tengamos esto en la cabeza: podemos tener ideas sobre-demandantes que nos han llevado a no aferrar nuestro mando. Pues nada, no tienes excusa. Puedes tomar el timón de tu vida, en tu organización y en tu crecimiento personal. Y de hecho, no se trata de una opción, o tomas tú el timón, o quizá no lo tome nadie. racionalemotivo.blogspot.com

domingo, 23 de octubre de 2011

Venganzas auto-destructivas

An eye for an eye makes the whole world blind  
Mahatma Gandhi
No este este un activismo pacifista. Si soy activista de algo, es de lo práctico. Y en muchas ocasiones, las venganzas que aplicamos hacen más daño a nosotros mismos que a los demás. Veamos algún ejemplo de la dura vida diaria:
Te has sentido maltratado por el mundo, la gente, los amigos cercanos y entonces cierras facebook, borras gente de tu chat y no respondes el teléfono. 
En el fondo, hay varios objetivos poco conscientes en el fondo:
(1) Huir del dolor. El camino más fácil para evitar el dolor y las molestias que generan las relaciones con las personas es aislarse. Pero es una solución que funciona sólo a corto plazo y en entornos muy limitados, porque es casi imposible en la práctica evitar a todas las personas. Adicionalmente, y es quizá más importante, no es una estrategia constructiva, porque no crecemos ni aprendemos. Las habilidades sociales se aprenden como se aprende a patinar: dándose golpes contra el piso hasta que logramos, con ayuda técnica, entrenamiento y práctica, a mantenernos sobre los patines.
(2) Que los demás "noten" que me hirieron. Difícil meta. Si quieres que algo se sepa, dilo claramente. Mejor cuando estés más calmado, pero háblalo. Las personas, sobre todo los hombres, somos bastante malos para comprender lo que pasa por la cabeza de los demás. Mucho más complejo es comprender cómo determinada persona asumió una cierta situación.
(3) Que se den cuenta de lo que se pierden. Mmm... esta estrategia suele no funcionar. Primero, porque, perdóname ser tan claro, hay gente a paladas. Y cuando uno pierde a alguien valioso en su vida, le ayuda pensar que forma parte de la vida, que no puedes evitarlo y puedes centrarte en las otras personas que tienes un poco olvidadas. Por eso, suele ser muy práctico tener un grupo grande de gente a tu alrededor. Y es una mala estrategia dejar que tu valor personal esté asociado a que otros lo reconozcan.
Consejitos de peluquería: 
Organiza tu facebook, chat, messenger, etc... y en vez de ponerte a borrar gente (estrategia negativa) ponte a una tarea productiva: escribir y recontactar a esos que tienes medio olvidados. Descubrirás que hay más gente interesante en tu círculo cercano.
Dedícate un día a tí mismo/a. La primera persona que debe quererte eres tú misma.
Revisa tus aficiones: para divertirse con más gente, es muy útil saber que puedes divertirte tú sólo. Y te  puedes encontrar más gente, de otros círculos, en esos mundos que tenías sin visitar.
La mejor venganza es el olvido. Dedícate a tí, a los demás, a tus deportes y gustos... y hoy. Basta de pensar en lo que ya ocurrió, porque no lo puedes cambiar.
racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 21 de octubre de 2011

Hambre de Venganza

No hay venganza tan plena como el olvido
Josh Billings
Algunos de nuestros rasgos culturales son muy positivos. Otros, pueden ser bastantes tóxicos. Los latinos tenemos una cierta a ocupar nuestra mente en iras contra personas y alimentamos molestias porque no fuimos capaces de "responder" adecuadamente a alguien que en nuestra opinión nos ofendió, y buscamos desquitarnos en una próxima oportunidad. Eso, se llama más claramente deseo de venganza.
Con frecuencia, nos duele y pensamos que alguien "nos la hizo" y entonces, hemos sido unos tontos. En el fondo, está la idea que lo justo es el ojo por ojo. Que esa persona "debe" recibir su castigo.
Hay varios problemas asociados a estas ideas. Pienso que la primera dificultad es que cumplir estas "normas" de justicia es que una sociedad así nos resultaría insufrible. A punta de "ojo por ojo" quedaríamos todos ciegos.
Pero, una dificultad más frecuente y continua es que sufrimos por respuestas que no dimos en el pasado, por no haber quizá agredido a otro del modo como nosotros pensamos que nos agredieron. Y claro, muchas veces no podíamos o no debíamos responder de igual forma. Piénsalo bien, no nos conviene "retaliar" cada potencial ofensa que recibimos. En último análisis, no parece útil ni sensato agacharnos a morder a un perro.
Vamos por partes:
1. Muchas "ofensas" no lo son tanto. La persona que nos habla puede estar en una situación muy problemática y diversa a la nuestra. No tiene todo el control de la situación, como lo tenemos quizá nosotros, o al menos no tanto control como el nuestro.
2. No nos ofenden las cosas que nos dicen, sino lo que aceptamos que es cierto y además nos define como malos. Es una exageración. Un error o un límite nuestro nos hace humanos, no defectuosos.
3. Nuestras "venganzas" no pocas veces afectan más a nosotros que a los demás. Si yo saco de facebook a todos los que alguna vez se comportan de un modo que me parece injusto... me iré quedando con muy poca gente. Y si mis amigos me cobran cada tontería, pues imagínate.
Es un aspecto cultural muy arraigado... Volveremos al tema!
racionalemotivo.blogspot.com

miércoles, 19 de octubre de 2011

Escuchar sin sufrir

Tu opinión es muy importante. Ahora voy a pensar si a mí me importa. Leonardo Amaya
La experiencia escolar está llena de juicios duros que recibimos de los demás. Luego, en la vida cotidiana y laboral, no es extraño que nos enfrentemos a frases hasta cierto punto injustas y quizá indelicadas. Eso forma parte de la experiencia común.
En el colegio y en la vida luego de él, tendremos que enfrentarlas. No parece que haya escape fácil. Por supuesto puedes intentar evitarlas, disminuyendo el número de personas a las que tratas, pero la evasión suele funcionar sólo a corto plazo. Lo siento, esta es la vida. No puedes huir siempre porque hay un momento que te quedas aislado y dependiente de dos o tres personas sólamente. Y el problema no es que sean sólo dos, sino que dependes de ellas.
Las opiniones de los demás nos afectan cuando se cumplen dos condiciones: (1). Pensamos que son ciertas. (2). Pensamos que esa realidad es mala y nos califica como personas erradas.
Así, hay dos trampas, y aquí vienen los consejitos de peluquería, evalúa los siguientes puntos:
1. Muchas opiniones que nos aportan los demás son generalizaciones. Han tomado una parte de la historia, y a partir de ellas han creado una norma general.
2. Algunos puntos o sus aspectos pueden ser ciertos y señalarnos posibles campos a mejorar. Eso quiere decir que somos humanos, y tenemos defectos. Apunto lo que me dices, y voy a evaluar qué tanto me sirve, y me pongo a la tarea. Mientras tanto, sigo tan bueno como era ayer.
3. Tener un defecto o cometer un error no nos hace malos integralmente, ni fracasados, ni nada. No, nos convierte en personas que estamos trabajando para crecer. No se trata de rechazar las ocasiones de mejora, pero sí de establecer prioridades... y todos tenemos nuestros tiempos. Muchos de nuestros defectos no podemos resolverlos inmediatamente.
4. No tengo que ser como tú quieres. Ese no es el mundo real. Tengo derecho a meter la pata. Y también tengo que aceptar que algunas cosas deberé mejorarlas, porque no me convienen. Gracias por señalármelo.
5. Bacano que me comentes en lo que puedo mejorar. Pero, si quieres que te siga escuchando, tienes que entender que nada te da derecho a decirmelo como se te da la gana. Acepto las sugerencias en este formato: a, b, c, d... pon aquí tus condiciones. Si me lo quieres decir en el tono que tu quieres... entonces me tocará prescindir de tus consejos.
6. Pero... escucha. Quizá te han dicho eso de mala manera, pero eso no quiere decir que necesariamente estén equivocados. Quizá sí debes cambiar alguna cosita. Mientras tanto, eso no te hace una persona mala.
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martes, 18 de octubre de 2011

La ira no factura

Nunca escribas una carta cuando estás furioso
Proverbio Chino
Como todos sabemos, un buen ataque de ira -mejor si es fingido y plenamente falso- consigue algunas metas a corto plazo. Pero, también somos conscientes que la ira funciona sólo en breves y controladas dosis. El General Colin Powell tiene una recomendación muy práctica: Get mad, then get over it. Supéralo. Reconstruye y potencia lo que has logrado.
Algo más práctico aún: la verdadera reacción de ira es controlada. Así que... muy probablemente, la mejor reacción de ira es la falsa. La actuación digna del Oscar de la Academia. Entonces, la recomendación real es que no alimentes la ira. Y para eso, un buen toque de ideas realistas es importante.
La ira (no la molestia controlada por una situación que no nos gusta) proviene de una sobredemanda al mundo, a los demás o a tí mismo. Es al enfermedad de "el mundo / el / ella / yo debería ser como a mí se me da la gana". No: realismo. El mundo es como es. No tiene porqué gustarme en todos sus aspectos, pero que yo lo exija al borde de un ataque de apoplejía no lo cambia ni un ápice. La gente continuará como es, mi jefe / socio / subalterno no se moverá así (al menos no a largo plazo) y yo mismo me mantendré como estoy. Tengo que buscar otras estrategias.
Y esas estrategias funcionales las debo pensar y ejecutar con cabeza fría. A eso se refiere el proverbio: se nota que estás como una Hipa Mala de la furia (no tengo ni idea qué es una Hipa Mala, pero así dicen en la agreste Guajira colombiana)... y luego te toca hacerle frente a las tonterías que escribiste.
Así que realismo: el mundo es como es. Y no lo cambias con enfurecerte. Puedes mejorar algunos puntos, pero se trata de un trabajo progresivo, dispendioso y continuado. Esto es lo que hay. racionalemotivo.blogspot.com.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Lloriquear no factura

Lloriquear no factura. 
Yo mismo. 
Con frecuencia nos enfrentamos a situaciones que resultan incómodas en nuestra vida laboral y personal. Sufrimos, pensamos que el mundo es injusto y que nuestro día es una desgracia.
En ocasiones nos decimos que sentimos estar abatidos y cansados. Bien: eso no lo sentimos, eso lo pensamos. son ideas que pueden ser poco conscientes pero muy activas.
Y mientras estamos sufriendo, dispersamos nuestras energías en la inútil actividad de sufrir: esa fuerza que podríamos enplear en hacer hoy cosas que nos aporten a nuestro futuro. Peter Drucker lo decía con una frase que he citado varias veces: Deja de pensar en tus sentimientos, y ponte a hacer tu deber. Ese es un buen camino. racionalemotivo.blogspot.com

martes, 11 de octubre de 2011

Cuando el tóxico-en-mi contra-ataca

Comenzar es la mitad del camino
Aristóteles
Con frecuencia, tenemos momentos en nuestra vida en que sentimos que estamos arando en el mar. Primer error: eso no lo sentimos, eso lo pensamos. Quizá de modo poco consciente, pero hemos aceptado que las posibilidades de suceso son pocas.
Hay varios tipos de ideas irracionales que nos generan un pequeño o un grande envenenamiento de nuestra felicidad y de nuestro trabajo cotidiano. Estas ideas son sobre-demandas, lejanas a la realidad. Vamos a ver qué es lo real...
1. Nadie garantiza que tendremos éxito en todo lo que emprendamos. Algunas veces, y probablemente no pocas, fallaremos. Depende de mí que sea una ocasión de aprender, y luego de aceptarlo como parte de mi historia. Martirizarme por algo que ya pasó y no puedo cambiar no tiene sentido.
2. Muchos procesos importantes en nuestra vida reclaman variadas etapas, algunas exitosas y algunas fallidas. Esa es una realidad. Detenernos en un obstáculo, incluso fuerte, es una decisión improductiva que tomamos. En ocasiones, es una buena oportunidad para revisar si a lo mejor... toca tomar otro camino, buscar otras alternativas.
3. No es un drama volver a comenzar. Nosotros lo convertimos en un drama. Y vivir una telenovela de desgracias en general no ayuda a que emprendamos las tareas que debemos hacer.
4. No es "normal" sufrir porque algo no sale como esperamos. Es probable que nos preocupemos un poco, o sintamos algo de malestar. Pero no existe una norma general del universo que nos oblige a hundirnos en la miseria más absoluta cuando algo no sale como esperamos.
5. Fallar en un tema no nos convierte en unos fracasos totales. Tuvimos un resultado por debajo de nuestras expectativas en un determinado campo, pero usualmente hay muchos otros campos de nuestra vida que se mantienen en pié y sin problemas.
6. Es una fuga en el tiempo sufrir porque algo no salió. Frecuentemente nos castigamos por cosas del pasado que no podemos cambiar: esa decisión que considero equivocada ya la tomé, sólo puedo tomar otras hoy que ayuden a corregir el rumbo, pero no puedo cambiar el pasado. Y sufrir por lo que pueda ocurrir más adelante... nos distrae de poner HOY los medios para quizá mejorar nuestro porvenir. Pero el día que tenemos que disfrutar, como está, es el día de hoy, que es lo único que tengo.
racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 7 de octubre de 2011

Cuando el tóxico eres tú mismo

Un fanático es alguien que no quiere cambiar lo que piensa y que no sabe cambiar de tema. 
Winston Churchill

En ocasiones, somos tóxicamente fanáticos de temas absurdos. Muchas de esas ocasiones, están acompañadas de un grupito de rigideces y sobredemandas que conducen a trampas:
1. La trampa del pasado: pedir cuentas de lo que ya ocurrió, y que por tanto ya no puedes cambiar.
2. Sufrir porque una persona es... como siempre ha sido. Y te llenas de molestia porque el mundo/la gente no es como a tí te parece que deba ser.
3. Pretender que los demás te hagan la vida más fácil... desconociendo que, lamentablemente, no eres el centro del universo.
Como la creatividad humana en este tema no tiene límites, a partir de aquí nos vamos transfigurando en algunos personajes penosos:
1. El sediento de afecto: Terrible y agotador individuo que siempre se siente maltratado, manipulado, abusado. Cuando cualquier noche de luna llena te conviertes en esto, no sólo generas alguna molestia en el mundo que te rodea, sino que también tú mismo sufres tremendamente. Es probable que las personas te maltraten. Sobretodo cuando usan objetos contundentes como un bate. Pero, el maltrato psicológico crece en terrenos que tú has abonado. No te convierte en culpable, en el sentido fuerte del término, pero eres parte de la solución porque efectivamente eres parte del problema.
2. El pedidor de cuentas: Este personaje suele vivir en el pasado, donde las personas que le rodean han ido acumulando deudas que son por lo general imposibles de saldar. Si eres este... puede servirte que te concentres en "cobras" las deudas de hoy... y mejor aún, en procurar cobrarte lo que quieres hoy. Pide lo que quieres, manifiesta tus preferencias, y no esperes que los demás adivinen lo que deseas.
3. El profeta de desgracias: Este personaje vive en un futuro atroz y post-apocalíptico, donde estará solo/a, pobre, abandonado y carente de amor. Vive en dos trampas entonces: en el futuro, que no podemos  manejar, y además en una serie de tragedias de las que suele no tenemos razones objetivas para pronosticar. Y mientras se pepara para sufrir mañana, ya sufre hoy.
4. La madre de todas las dudas: Otro personaje del futuro, con Mr Spock y compañía. Se le suma que es perfeccionista, entonces pretende garantizar resultados a partir de las decisione que tome hoy. Podemos aumentar las posibilidades de éxito... pero garantizar, no es posible. Entonces, mientras descubre que la toma de decisiones más frecuente en la vida está llena de incertidumbres, aplaza y retarda lo que hoy debe elegir. racionalemotivo.blogspot.com



lunes, 3 de octubre de 2011

Auto-sabotaje afectivo

Un mito peligroso: pensar que una relación se construye a partir de que puedas aportar algo a otra persona.
Efectivamente. Con frecuencia nos preguntamos: ¿que ofrezco yo al mundo? ¿cómo le estoy ayudando a fulano? Es una meta bonita, un ideal. Pero, en las relaciones, se trata de un encuentro para que dos se acompañen en ser felices, y no de un arreglo de psicoterapia mutua. Es decir, una relación no debería ser, en principio, un medio para resolver carencias, corregir rollos personales y afectivos.
Veamos:
1. ¿No te has preguntado porqué sueles elegir parejas disfuncionales? Quizá influya mucho el hecho de pensar que "debes" aportar algo. Y que mejor que aportarle a una persona llena de rollos emocionales, traumas, defectos psicopáticos, adictos, etc... No. La gente no debe quererte porque le "aportes" algo, sino por ser quien eres. Si le aportas, que bacano. Buena cosa, pero no una compra afectiva.
2. Si has escuchado alguna vez la demanda: "Tu no me estás ayudando a ser feliz" y te has sentido culpable... es probable que estés asumiendo una responsabilidad que no es fácil de llevar. Ninguno de nosotros puede hacer feliz a otro. Si ésa persona no se decide a ser feliz, no lo será. Y procurará la ganancia de ser la "enferma designada" que llora todo el día y se queja de su vida... usualmente sin ninguna razón objetiva para eso.
3. Con alguna frecuencia, esto se debe a que pensamos que no tenemos rasgos personales dignos de ser amados. Debo decirte que si eso te pasa, te convienen unas sesiones de psicoterapia. Si eso pensamos de nosotros mismos, comenzamos a "comprar" afecto: hacer cosas para que los demás nos quieran. Cuando eso nos pasa, frecuentemente nos encontramos quejándonos de lo injusta que es la gente con nosotros: "yo que he hecho tanto por el/ella". Usualmente, las compras afectivas no sirven, porque nos convertimos en las mamás y los papás de la gente que nos rodea. Y uno, ya tiene una mamá y un papá con los que lidiar. No es sano, y genera adolescentes a tu alrededor.
4. Comprar afecto no compra afecto real. Cuando haces muchas cosas por las personas, pensando que te hace mejor, en general genera en los demás un sentimiento de culpa: debemos portarnos bien con fulano/fulana, porque ¡Es una persona muy buena! Se convierte en una obligación, y nadie ama a otro por obligación, al menos no en el largo plazo. La culpa es una emoción disfuncional que perturba a la gente. Si generas culpa... ya verás cómo te caen problemas.
Y los consejitos de peluquería para la culpa? Más adelante! racionalemotivo.blogspot.com 

martes, 27 de septiembre de 2011

El Auto-sabotaje contra-ataca

The greatest barrier to success is the fear of failure 
Sven Goran Eriksson
Este Eriksson es un notable entrenador de fútbol de origen sueco, conocido como Sven por sus amigos o como Motherf*cker Norwo' por algunos opositores del Leicester Football Club. Pero, más allá de las disputas deportivas, la frase no tiene pérdida. El miedo no es una estrategia. En cambio, es una gran barrera. No se trata de ser temerario, pero atemorizarnos porque podemos fracasar en algo no tiene mucho sentido. La razón es evidente: por más miedo que tengamos, igualmente fracasaremos en algunas ocasiones. Es la ley de la vida. Vamos a ver algunos ejemplitos de la vida diaria:
1. Vas a una fiesta, y no le hablas a la persona con la que más te gustaría hablar de todo el lugar. Hay muchas razones falsas: "como es atractivo/a, seguro que no le intereso. En el fondo, le temes a que te desprecie. Es una posibilidad. Pero puestos a que alguien te diga que no, que va a ocurrir, mejor que te lo diga alguien en quien estás interesado que cualquier monstruo de la laguna negra loser del día.
2. No emprendes un cambio profesional porque puedes fracasar. Listo, genial. Y te quedas en ese terror de organización donde te chuparán la sangre y finalmente te pueden sacar como un perro cualquier día.
3. No llamas a un cliente / amante / enemigo. porque "a lo mejor no le interesa". Listo, igual a lo mejor le interesa. Y nadie se ha muerto porque otro le diga que no le interesa algo.
En el fondo la gran barrera es que nos armamos una telenovela completamente loca sobre el fracaso. Pensamos que es lo peor que nos puede pasar: y no, seguro que hay matrimonios peores que el fracaso. Pensamos que un fracaso es una señal de que somos unos incompetentes: valoramos toda nuestra vida entera, cada uno de sus minutos y cada uno de sus campos por uno solo. Se trata de una globalización sin fundamento. A lo mejor somos terribles como vendedores de este proyecto, pero eso no nos hace ser malos vendedores en todo, y mucho menos nos convierte en completos fracasos.
Y luego... se nos olvida que el fracaso es simplemente una evaluación del resultado de un proceso para el que nos habíamos establecido unas expectativas excesivas... y quizá irreales. Raramente un fracaso es total. ¡En el peor de los casos aprendes para la próxima! racionalemotivo.blogspot.com

lunes, 26 de septiembre de 2011

Automaltrato y autosabotaje

No se puede querer a alguien que se odia a sí mismo
OSHO
¡Mira tu! En consulta, muy frecuentemente te encuentras esa evidencia. Y de aquí, salen un saco de locuras que nos conducen a sufrir de una forma despiadada y tomar decisiones propias de un masoquista. Evidentemente, muchas veces asumimos que no, que claro que nos queremos, pero que somos "realistas". Veamos algunos de esos realismos:
1. La verdad es que me gusta mi cuerpo, pero claro que no es el mejor. ¡Ciertamente! Pero el hecho de no tener el mejor hoy, no quiere decir que esperes a tener el cuerpazo para querelo. A lo mejor te conviene un poco o un mucho de gimnasio, o cerrar esa boquita por la que te aturugas toneladas de comida basura. Ok, de acuerdo. Pero, nadie dice que debas odiarte. Consejito de peluquería: mira la cantidad de gente horrible y feliz que hay en la calle. No hace falta ser modelo para ser feliz. Y de hecho, en consulta he tenido varios modelos/as que no estaban felices con ellos mismos. A alguno le recordaba que yo, con su pinta, sería actor porno.
2. Muy raramente uno es horroroso 100%. Mírate al espejo y deja de concentrarte en ese lunar, en ese grano, en la oreja, etc: mira lo que tienes bacano, aquello tuyo que te gusta. Ve recorriendo el cuerpo palmo a palmo y lo verás.
3. Siempre hay alguien a quien le gustes como estés. Y no necesariamente será el monstruo de Loch Ness. ¿Has visto parejas sorprendentes en la calle? De esas que te hacen preguntarte ¿cómo se consiguió esa vieja, si no tiene ni plata (ella lo mantiene) y ella misma ha dicho que en la cama se mueve más un bacalao muerto?
4. Todos vivimos del cuento. El cuerpo muy frecuentemente es un sólo aspecto de nuestro atractivo. Y ventaja para los hombres: a las mujeres les gusta bastante los temas inmateriales (confianza, valores...). Y eso es fácil de inventar.
5. Arregladita te ves mejor. Hay una rara y disfuncional relación entre no quererse y no cuidarse. Una señal fácil para descubrir que alguien no se quiere es cómo se viste (truco de psicología barata tomo I). Lógico no es una regla aplicable al 100% de los casos, pero sigue siendo bastante frecuente. Y arregladita es vestirse de acuerdo al cuerpo y la edad que cada uno tiene. Pídele ayuda a otra gente, porque es muy difícil darnos cuenta que al estamos embarrando en este tema.
Seguiremos en este tema! - racionalemotivo.blogspot.com

martes, 20 de septiembre de 2011

Liderando estrellitas

Knowledge, especially advanced knowledge, is always specialized. By itself it produces nothing.
Peter Drucker.
El gran Drucker nos golpea con una idea de gran sencillez que... frecuentemente olvidamos. El conocimiento, especialmente el avanzado, es siempre especializado. Y remata con una consecuencia operacional lógica: por sí mismo, asilado, no produce nada. Y ahora viene una lista de sólo algunas de las consecuencias de esta realidad:
1. El trabajo en equipo es clave. En el peor de los casos, por lo menos hace falta el trabajo en grupo. En la medida en que los procesos y actividades de una organización se hacen más complejos, es necesario un grupo de talentos y habilidades muy diversos, y como aisladamente son insuficientes, hay que hacerlos andar al compás. Esa es la tarea del líder.
2. No sufras porque alguno es muy bueno en un tema. Si de verdad es bueno, entonces necesita ayuda en otros campos. No somos perfectos y todos tenemos que hacer aportes.
3. El talento técnico suele adolecer de carencias en emociones y comunicación. Y al contrario. Mira cuál es el tuyo, y adelante.
4. Detectar el talento y las habilidades de cada miembro de un equipo es clave en un directivo. No se espera que él sepa hacerlo todo, pero sí que evite tener los buenos cantantes en el equipo de fútbol y excelentes deportistas en el coro.
5. Para poder liderar equipos, tienes que estar ocupado en dejar brillar a cada cual en el campo en que es más capaz. Si te preocupas por brillar, te olvidaste cuál es tu tarea... y tu competencia clave.
racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 16 de septiembre de 2011

Amores tóxicos

En los tiempos del fascismo yo no sabía que estaba viviendo en los tiempos del fascismo. 
Hans Magnus Enzensberger.
La frase de este escritor alemán introduce uno de los temas claves en la resolución de la culpa. Con frecuencia, nos atormentamos y culpamos por situaciones de nuestro pasado que pudimos haber manejado mejor. No es extraño que saquemos del baúl de los recuerdos tóxicos historias de relaciones con personas, grupos, tríos, etc., a partir de las cuales nos castigamos por haber metido la pata, haber mantenido una situación de devaluación personal e incluso decirnos que... botamos muchos años de nuestra vida.
Vamos por partes, como bien decía Jack el Destripador.
1. Las evaluaciones del pasado las solemos hacer con nuestra experiencia y fortaleza actual. Resulta que hace 5, 10, 15 años no eramos los mismos. Quizá eramos más ingenuos, un poco soñadores o incluso nuestra experiencia vital nos permitía soñar con cambiar el mundo, unirnos a batallas por la libertad, el amor y más.
2. Muy raramente sufrimos el 100% del tiempo. Incluso mientras se hundía el Titanic te podías tomar un whisky y escuchar con embeleso la orquesta principal del barco. Incluso tendrías un minuto para mirar el esplendor apabullante del Mar del Norte. Así que en la mayor parte de las relaciones habrás tenido un buen rato, buen sexo o por lo menos conversación. Quizá amigos comunes o ambientes que disfrutaste.
3. No puedes cambiarlo. Lo que sí puedes lograr es dejar de sufrir por eso. No fue el mejor plan, pudo se mejor, pero fue lo que fue. Si realmente te causó mucho daño, puedes hasta demandarlo. Y si no consigues dinero, al menos le darás un mal rato.
4. Chapotear en el pasado no sólo trae al presente cosas que no puedes cambiar, sino que te distrae de ocuparte por qué vas a hacer hoy, que es lo único real y lo que te permite construir el futuro.
5. ¿La idea básica? Vivir el día. Hoy. Incluso si vas a poner la demanda... llámate hoy mismo al abogado.
racionalemotivo@blogspot.com
Independencia Emocional: Leonor Lega, PhD., del Albert Ellis Institute NY en Bogotá. 28-29 de octubre de 2011. Información: info@alianzatrec.com

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cambiando las ideas locas

Las personas no se alteran simplemente. Ellas participan activamente en su perturbación
Albert Ellis 
Ellis mostraba como nosotros sufrimos no tanto por lo que nos ocurre, sino por el modo como interpretamos lo que nos ocurre. En nuestra cabeza sostenemos ideas sobre-demandantes que fácilmente resultan frustradas por la realidad y nos conducen a perturbación emocional y a tomar decisiones no proactivas.
Podemos darnos cuenta de esta realidad con nuestra propia experiencia: eventos que antes nos hacían sufrir, quizá cuando estábamos en el colegio, ahora no tienen ninguna importancia y situaciones que perturban notablemente a algunas personas para otras no tienen relevancia.
Ellis señalaba dos características básicas de esas ideas perturbadoras: su rigidez y absolutismo. "Tiene que ser así siempre y en todos los eventos": una exigencia así nos garantiza estar dándonos golpes contra el mundo todos los días.
Cambiar esas ideas locas que nos complican la existencia es una tarea clave para ser felices. Por supuesto nos podríamos adentrar en una discusión teórico-teórica de lo que es la felicidad, pero para efectos prácticos, sufrir y amargarse porque las cosas no salen como esperas no es felicidad.
El proceso para el cambio se centra en varias etapas que me acabo de inventar esta mañana:
1. identificar la disfuncionalidad de las consecuencias emocionales y conductuales de las ideas sobre-demandantes y rígidas. Porque... ¿para qué cambiar si todo va bien? Resulta que las ideas sobre-demandantes son irreales. En la vida real, no existe la gente como tú la querrías, los novios ideales, los jefes maravillosos. No. Existe la gente normal, que es una bella mezcla de oro y mierdita. Y cuando no aceptas que eso es lo real, sufres cuando el día a día te pone delante lo que existe. Esto es lo que hay. ¿te sirve de algo sufrir por cosas que no van a cambiar?
2. reconocer las características de las ideas locas y su relación de causa con las emocionales perturbadoras y la conducta disfuncional. Date cuenta porqué tienes ese ataque de ira pre-infarto: "es que él no está plenamente comprometido en esta relación". Si, ok. Decíme si de verdad esperas que él se inmole en el altar del amor puro. Tú lo conoces hace tiempo: ¿de verdad es posible en él eso que exiges? ¿tú lo haces? ¿de verdad? Entonces vas en camino de pasarte una semana en una clínica de reposo. Cómprate un tiempo compartido en la clínica psiquiátrica de tu elección.
3. aprender a identificarlas en la vida cotidiana (como ideas y juicios emergentes). Fácil reconocerlas: son rígidas: están llenas de "debería ser así", "esto no es justo", "el / ella / yo somos malos"
4. entrenarse en debatirlas: detectar la irracionalidad de la demanda, y cambiarlas por ideas realistas. Es relativamente fácil. Cambia los "debería" por "me gustaría". "preferiría que fuera así", pero si no es así, lo puedo soportar y no es una desgracia. Preferiría de otra forma, pero esto es lo que hay. No significa ser pasivo y dejar que las cosas que no prefieres pasen, pero mientras las enfrentas, no sufras. Incluso, es más eficaz.
racionalemotivo.blogspot.com

jueves, 8 de septiembre de 2011

L'uomo è infelice perchè incontentabile. [El hombre es infeliz porque nada le satisface] Giacomo Leopardi
Leopardi fue un notable poeta y filósofo italiano. Y en la frase del inicio, coloca un dedo en la llaga que nos causa más sufrimiento: nuestros modelos sobre-demandantes. La vida es como es. Y en ella, tal como se dan las cosas, puedes ser feliz.
Cuando colocamos estándares ideales, que sólo existen en nuestra cabeza, comenzamos a sufrir e incluso a hacer una que otra tontería. La pendiente comienza con el mundo loco de los "debería ser" y de "lo justo". "Él debería ser así" es un ideal. Como viajar a la velocidad luz, que se acabe la delincuencia en el mundo y ganar dinero sin trabajar. Un mundo genial, pero inexistente. Los "lojustoes" resulta bastante más complejo, porque la traducción operativa de "lo justo es" suele ser "lo que a mí se me dé la gana". Y mientras estamos pensando en el mundo ideal que no existe, sufrimos de una manera loca en vez de sacarle jugo a la realidad. Pues eso. L'uomo e' infelice... porque nunca logra alcanzar metas si asume como reales los ideales sobre-demandantes. racionalemotivo.blogspot.com. 

lunes, 5 de septiembre de 2011

El cambio es hoy

I never think of the future - it comes soon enough
Albert Einstein
Frecuentemente nos preocupamos por nuestro futuro y sus incertidumbres ... y no hacemos nada. De hecho, eso suele pasar. Mientras estamos sufriendo por las cosas que no hicimos antes (y que no podemos cambiar, eso ya pasó) y por la profecías de las desgracias que nos avendrán (que... tampoco podemos controlar) nos descuidamos del presente, que es lo único real, y que es cuando realmente podemos influir en el futuro.
Preocuparnos no sirve. Uno puede estar muy preocupado todo el día y... no hacer nada. Además, la tensión emocional no es buen acompañante para las decisiones y el trabajo continuado. Y resulta que los procesos personales y empresariales son una carrera de fondo. De nada sirve el pistoletazo de actividad que nos genera una preocupación explosiva, luego de charlar con un amigo, etc. Dura muy poco. Míralo en tu vida. Si esas preocupaciones no se convierten en trabajo específico ya... se quedan en el fogonazo.
El cambio es hoy. Ese es el verdadero cambio. El que es real. Lo demás, suelen ser promesas cuando no directamente mentiritas piadosas. Lo que construye es hacer las cosas hoy de tal modo que me griten claramente: "creciste, cambiaste..."
La mayor parte de las veces no reclama una conversión de vida total (alguna vez sí): los barcos cambian de rumbo con giros muy contenidos. Y no se trata de pereza naviera, sino del hecho que los grandes pesos manejan grandes inercias. Y nuestra vida también la tiene, nuestros cambios comienzan por cosas menos dramáticas. Levantarme a trabajar un poco más temprano. Acabar todos los días de revisar el el correo, si mi trabajo me demanda eso. No dejar nada en la bandeja de pendientes... y dedicarle todos los días tiempo a las cosas importantes.
Pequeños cambios, pero significativos, que puedan decir por sí mismos "ha cambiado el rumbo". - racionalemotivo.blogspot.com

viernes, 2 de septiembre de 2011

Amores autodestructivos

The first rule of holes: When you're in one, stop digging.
Molly Ivans - Columnist
¡Tremenda frase! Y muchas veces nos olvidamos de esta sencilla recomendación: la primera regla de los huecos es: cuando ya estés en uno, deja de cavar. Muchas veces, en cambio, seguimos perforando en la profundidad de la charca en que nos hemos metido. Deja de cavar. Veamos algunos ejemplos de la autodestrucción pala-en-mano:

  • Te sientes fatal porque fulano / tizia / perencejo te dejó y "mi vida no tiene sentido sin el/ella porque era mi alma gemela". Y entonces, te encierras en la casa, escuchas música deprimente romanticona y te dedicas a mirar las fotos / cartas / recuerdos del lamentable personaje. 
  • Como ese gruñudo / esa zorra te dejó, entonces te quedas encerrado sufriendo, el viernes te pueden comer los hongos en la casa porque te dedicas a ver televisión y no "tienes ánimo para darle la cara al mundo" o temes encontrarte al bípedo en cuestión.
  • Tuviste una mala evaluación laboral, y te dedicas a pensar en lo mal que te puede ir después, te imaginas perdiendo el trabajo y sufres porque perderás el apartamento soñado / Audi / viaje-a-Europa. Y por supuesto, dejas de trabajar bien hoy, que es lo que realmente tienes.
¡Deja de cavar! Frecuentemente, nos perturba en estos casos las fugas al pasado y al futuro: condenarnos porque "siempre me ha pasado lo mismo" y esperar que "siempre me pasará igual".
La evaluación global del pasado es producto de seleccionar únicamente los eventos que nos confirman la regla que estamos afirmando. ¿de verdad siempre, siempre, siempre? Y nada puede garantizarnos que porque tengamos en nuestra historia veinte eventos iguales no podamos aprender a evitar el disfuncional número 21. Siempre puedes aprender. Pero, profecías, sólo la película. Ninguno de nosotros puede garantizar ese recorrido vital... si dejamos de cavar y nos decidimos a ver qué podemos cambiar hoy, que es lo único que tenemos y cuenta. Hoy cambia el futuro, pero... sal a la calle, vete a la peluquería, al gimnasio, al cine, a tomar un café o diez botellas de Old Parr con los amigos. Deja la pala en la casa. racionalemotivo.blogspot.com 

lunes, 29 de agosto de 2011

El amor es una decisión

El amor es una decisión.
Palabras de un filósofo espontáneo bogotano luego de algún trago de más.
Quizá estaba un poco pasado de mojitos, pero tiene mucha razón. El amor es un conjunto de decisiones. Por supuesto que todos los románticos se van a romper las vestiduras, pero escúchenme un momento antes de proceder a inmolarse en el fuego purificador.
De hecho, el amor son muchas decisiones. Y aquí vienen los consejitos de peluquería:
1. Déjate encontrar. Hay muchas formas de permanecer encerrado. Una de ellas, la más radical, en la casa. Pero ojo, siempre puedes recibir gente. Es más cómodo, usualmente es más barato y tiene el pero que te toca lidiar luego con la limpieza y echar borrachos. Pero, es una forma de dejarte encontrar. Invita gente interesante. Mientras más distinta a tí, mejor. Si se reúnen cinco neuróticas solas, puede ser un plan poco alentador. Pero neuróticas+neuróticos puede ser un buen plan.
2. Date la oportunidad de encontrar. Le solemos hacer control natal a las posibilidades: Muy alta. Muy baja. Muy habladora. Muy callada. Y del otro lado... Es mujeriego. Es muy creído. Piensa que es divino. etc. Y así, no hay como. Dale la oportunidad de saber qué más puede ofrecer.
3. Tienes que ser feliz sólo / sola para poder ser feliz con otro. Si. Nadie aguanta que le echen encima la responsabilidad de hacer feliz a alguien. O al menos nadie muy funcional. Nadie tiene porqué "complementarte" "levarte al mundo de la alegría" "hacerte plena / o".
4. Las personas tienen defectos. La decisión básica de la convivencia es tener claro que las personas tienen defectos. ¿Te acuerdas el primer "ruidito" que le apareció a tu carro nuevo? ¿Recuerdas cómo ese ruido se hacía atronador? Pues eras tú armando un drama de una realidad inevitable. Tú también estás lleno de ruiditos.
Como ves, puro realismo. ABC de Ellis. Nos complicamos la existencia a partir de sobre-expectativas que no son realistas. Porque son rígidas y absolutistas. "Debe ser así, y para todos, y siempre". Pues nada, ese no es el mundo.
Frecuentemente, hay algunas ideas sobre-demandantes que nuestra cultura latina nos propone y nos hace vivir telenovelas altamente lacrimógenas. Aquí va un florilegio de irrealidades:
1. Debo encontrar a la persona que me complementa. No hay ninguna evidencia que se nace por "parejas" que deben encontrarse.
2. Las personas que están solas no pueden ser felices. Terrible. Porque en medio de dos relaciones disfuncionales en las que has sufrido como la loca de Zanzíbar entonces tienes además que sufrir porque estás sola. Sobre todo porque incluso en medio de una relación no puedes esperar tener un siamés toracópago adherido a tí para proporcionarte todo el afecto y atención que no te puede dar tu perro, al que secaste a punta de exigencias de cariño.
3. No puedo ir sola a cine/teatro porque doy lástima. La gente en el cine está bastante ocupada en otras cosas. En general, las personas o van a ver la película, o van a montarse la película con la novia. No van a mirar a los demás. Y si alguien va a eso a cine, es una persona un poco perturbada cuya opinión es poco relevante.
En fin, pensátelo. Incluso el amor romántico-suicida-lloricoso, es una decisión. Y defectos, todos tenemos. racionalemotivo.blogspot.com

sábado, 27 de agosto de 2011

Otro cambio...

You can not always control circumstances, but you can control your own thoughts.Charles Popplestown
La teoría REBT de Albert Ellis tienen muchos vínculos con esta idea. Dicho rápidamente, el modelo del "ABC" muestra que son nuestras creencias (Belief) las que causan nuestras emociones y nuestra conducta; si nuestras creencias son irracionales (no corresponden con la realidad) nuestras emociones serán exageradas y perturbadoras y nuestra conducta disfuncional.
Lo característico de las creencias irracionales no es que sean totalmente locas: lo característico es que sean ideas y reglas generales del mundo absolutistas (tendencia a establecer generalizaciones globales que deseamos imponer a la realidad) y rígidas (sobre-expectativas inflexibles que aplicamos a todas las circunstancias). Y el mundo real no es así. Las personas y las circunstancias son muy variables y diversas, de un lado. Y además, no podemos imponer nuestro modelo ideal la mayor parte de las veces.
Cuando intentamos imponer nuestros modelos ideales rígidos a la realidad, la experiencia es frustrante y nuestra conducta inútil y muy frecuentemente perjudicial para nuestras metas. Ese intento se le suele llamar coloquialmente en el mundo de REBT "cambiar la A". Es una meta buena, deseable... pero frecuentemente, no es posible o por lo menos no es fácil. Así, que lo que resulta más eficaz es cambiar la B, las creencias. Se trata de cambiar no la expectativa, sino sus exigencias rígidas: preferiría un mundo donde la "A" fuera distinta, pero si no es así, no es una tragedia, puedo soportarlo y es lo que hay. Y empezamos entonces a operar con la realidad.
Parece fácil, y de hecho, cuando comienzas a practicarlo suele funcionar de forma eficaz pronto. En algunas ocasiones puede requerir más esfuerzo, en algunas ocasiones un poco de práctica de estrategias de relajación y control del estrés (yo suelo recomendar y hacer mindfulness). Y la pasas mejor. Recuerda, los mundos ideales, sólo están en tu cabeza. En la realidad, todo es bastante más variable. racionalemotivo.blogspot.com

jueves, 25 de agosto de 2011

Cambio

"The greatest discovery of my generation is that human beings can alter their lives by altering their attitude of mind"
William James
El camino del cambio se inicia en el cambio de las actitudes, que son generadas por ideas. Nuestra comprensión del mundo y las personas está elaborada a partir de reglas: mientras más rígidas y globales, más disfuncionales.
Esas ideas son disfuncionales porque no son realistas. Y lo que no es realista, no funciona
Veamos un pequeño florilegio de las tonterías que nos acaban complicando la vida porque nos entorpecen el trabajo para el cambio en la organización: 
1. Quiero tener paz en mi lugar de trabajo. Listo. Eso es un ideal, pero en un lugar de trabajo, lo que debes lograr es dinero. Esto es un negocio, no una ONG para ayudar a tu autoestima.  
2. La gente debe respetarme. Si, bacano. Pero no esperes que sea gratis. La gente debe trabajar contigo en los procesos comunes, y tú tienes que trabajar. Y llegar a acuerdos. El problema es que solemos pensar que "respeto" es que te perdonen la mediocridad... y eso no ocurre siempre. Pon límites, determina estilos de comunicación, y... trabaja. 
3. Mi equipo debe obedecerme siempre.  ¿Ah, si? pensé que la esclavitud había terminado. Además, no es realista o por lo menos no es barato. Págales mucho, y tendrás unos pequeños parásitos caros. Si quieres oir siempre aplausos, entonces necesitas gente de muy poco nivel a tu alrededor. Si tu equipo te reta, es probable que crezcas. Si sólo te aplaude... huirán como ratas cuando se hunda el barco. 
4. Quiero que mi empresa sea un Great Place to Work. Bello ideal. me gusta ese premio, sobre todo porque te dan una escultura de Ceci Arango, que es el trofeo en Colombia. Pero... estamos en el mundo de la escala de grises. Que sea rentable, no me agredan físicamente ni me disparen, y ya con eso estoy feliz. Porque me agreden psicológicamente sólo si yo lo acepto. Todo lo demás es ganancia. Y eso se logra con acuerdos claros, negociación, roles, más negociación, y un montón de cinta pegante para organizar los tropezones humanos infaltables. Y mientras eso se logra, meditación, mindfulness, hasta marihuana y... un poco de trabajo en inteligencia emocional. De eso se trata esto. Porque el mundo real es esto: un poco de oro, y un poco de mierdita. El mundo ideal... existe sólo en tu cabeza. Como la caspa. racionalemotivo.blogspot.com

martes, 23 de agosto de 2011

Duros de oído

Any problem, big or small, within a family, always seems to start with bad communication. Someone isn't listening.
Emma Thompson
La comunicación es el problema humano por excelencia.  Utilizamos signos para expresar nuestras ideas, pero cada cual las lee dentro de su mundo de sentidos. Eso hace que ideas básicas sean comprendidas de formas muy distintas y potencialmente conflictivas. Demostrarlo es fácil: pídele a varias personas que te definan "respeto", "tolerancia", "dignidad"...
La solución suele ser también muy fácil: escuchar, para darnos cuenta qué es lo que el otro entiende por las palabras que está usando. Pero, tenemos la extraña tendencia de oír sólo el inicio de la frase que nos está hablando alguien y luego comenzamos a escucharnos exclusivamente a nosotros mismos perorar sobre esa frase, lo que él o ella quiso decir, porqué lo dijo, que intención tenía, etc. Y comenzamos a responder, y el otro... deja  de escucharnos y comienza también a escucharse a sí mismo sobre lo que nosotros pensamos de él o ella... y así hasta llegar a los golpes, o al menos a la intención de darlos.
Resulta que el sonido más amable y encantador para cada uno es el timbre de la propia voz. Así que continuamente estamos atentos y embelesados por el eterno monólogo que hay en nuestra cabeza, que está encargado de hablarnos de las maravillas del mundo y los demás tal como nosotros pensamos que es. Y mientras ese sonido apabulla, no sentimos casi nada del exterior.
Una tarea para la semana, de consejo de peluquería: ejercítate en escuchar un poco a los demás. Intenta que los demás te expliquen lo que no entiendes bien y clarifiquen los términos que usan... sobretodo cuando piensas que te han ofendido o maltratado. En el peor de los casos, aprendes algo sobre el mundo de los otros. Y... no te olvides: el mejor conversador es el que sabe preguntar.
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martes, 16 de agosto de 2011

El raro lujo del orgullo

My toughest fight was with my first wife.
Muhammad Ali
He who knows when he can fight and when he cannot, will be victorious.
Sun Tzu
El orgullo es un lujo. Entendiendo orgullo por esa exigencia extraña que nos hace maltratar a nuestros amigos y a nuestros clientes, porque "no voy a dejar que me traten así". Evidentemente tenemos que mantener unos ciertos límites en lo referente al trato. Pero, en  el campo de nuestros trabajos, los clientes te cambian fechas, te hacen dar vueltas, te ponen en algún pequeño problema de vez en cuando. Y eso forma parte del trabajo normal de cualquier persona. ¿O acaso tú eres un cliente que le das cero problemas a tus proveedores?
Lo más frecuente es que estas personas no la hacen porque te odien y planeen de forma maquiavélica cómo complicarte la vida. Por lo general, son gente como tú, que tiene que lidiar sus propios problemas todos los días.
En ocasiones, nos montamos una telenovela porque... fulano no me responde al teléfono, ese mail que le mandé hace una semana no me lo ha contestado, etc. Es que ese tipo no sabe que me toca hacer la declaración de impuestos esta semana... y así hasta el infinito y más allá.
El problema es que ponernos neuróticos no sirve de nada. No factura. Las únicas peleas que facturan son las de kickboxing, etc., y el empresario no es el que da puños. Las demás peleas, no facturan, al menos a largo plazo. A corto plazo puedes lograr algo, pero pasado el tiempo, te conviertes en "es que Jaime es un histérico cuando le llaman para aplazar reuniones"... Y lo que hacen es no llamarte para eso y dejar que te des la rabieta solo. Y por otro lado, vas comprando boletas para un infarto completamente innecesario.
En algunas ocasiones, sin embargo, toca dar algunas peleas. Incluso hay momentos en que sólo se entiende el mensaje cuando levantas la voz. No se trata de olvidar todas las batallas, sino de dar aquellas que realmente sirven para algo. Ese es el consejo de Sun Tzu: aquél que sabe cuando puede pelear y cuando no, ése será victorioso. Tengo un consejo muy práctico: pregúntate cuánto te factura esa pelea, y ya podrás medir si vale la pena. - racionalemotivo.blogspot.com

Las redes sociales!

 Hay mucho material disponible en:  https://www.instagram.com/leonardoamayamd/ Sigámonos allí! Leonardo