martes, 28 de febrero de 2017

Psico-stalker y otras perturbaciones cotidianas

Carta abierta al stalker difuncional que habita en nuestro corazón...

La tecnología ha abierto posibilidades infinitas a nuestras perversiones y prácticas disfuncionales. Internet es una generosa fuente de información confusa y una muy útil herramienta de autodestrucción.

Siempre hemos sido un poco stalker. No me refiero a tí y a mí solamente, sino a toda la humanidad. Es que antes era más difícil, porque tocaba ser el loco que se subía a una escalera para alcanzar una ventana o el intrigante que preguntaba y pagaba por información. También éramos los personajes que leían diarios secretos (bueno, que pretendían serlo) etc.

Ahora, es súper fácil. Además porque vivimos vidas bastante públicas. Cuando dejas una fotografía en tu muro de cualquier red social, invitas a una pléyade de gente un poco normal, un poco anormal, como tu y como yo, a una trampa para moscas. Te explico esto último: las trampas de moscas son esos elementos eléctricos que se colocan en los pueblos de tierra caliente y producen una fritanga perturbadora de insectos. Pues eso. Colocas esa fotografía porque quieres compartir con tus amigos algo. Incluso, porque quieres que muchos se hagan partícipes de tu alegría con su envidia mal disimulada. Pero, también ven la fotografía y la analizan de forma dolorosa (para todos) muchos otros personajes de reparto de tu vida.

Pero, vamos a escribir no sobre ellos, sino sobre ese mismo personaje stalker autodestructivo que se agazapa en tí. Ese que mira las fotos de esa pareja que casi te lleva a una clínica psiquiátrica (o de fracturas). Ese personaje que te incita a mirar "¿en qué estará fulano?", pero llenos de la esperanza por encontrarlo en un momento terminal de su existencia, o pidiendo ayuda para medicamentos antipsicóticos. Claro, como toda falsa esperanza, acabas frustrándote porque en cambio de exhibir una pareja que pide a gritos cirugía plástica, está en la alfombra roja de los Oscares como uno más.

Aquí déjame contarte dos verdades: las personas en general comparten los buenos momentos o cadenas idiotas del tipo: "sé que no leerás esto hasta el final". Segunda verdad, si quieres superar a alguien, el camino no es viviendo una vida dependiente del personaje.

Punto clave y serio: nuestras vidas están llenas de duelos, de personas y eventos que deberemos superar porque terminó, porque nunca debió comenzar, porque simplemente se acabó el momento. Muy pocas cosas en la vida son para siempre. Y en general, las cosas que son para siempre suelen no ser buenas. Para siempre, el herpes y la osteoartritis. La mayor parte de las otras realidades de nuestra vida, pasan. Algunas dejan buenos recuerdos, otras dejan un trauma. Y a todo, a la bueno y a lo menos bueno, tendrás que hacerle el duelo, un proceso natural y doloroso que nos ayuda a seguir adelante. Para que comience el duelo... deberás dejar atrás al personaje. Claro, no se trata de olvidar tus derechos, puedes dejar atrás al personaje y seguir con el juicio penal, si quieres. Pero, con la intención de cerrar el tema en algún momento.

Pasar la página es importante para que tu duelo avance, y finalmente puedas seguir adelante y darte la oportunidad de otras personas, instituciones o historias. Es el peligro de volverte un stalker adicto: que mientras miras atrás con la esperanza de volver, te dejas de permitir nuevas oportunidades. Pero déjame te lo digo claro: te va a doler. En la vida real, crecer incluye siempre un poco de dolor.

No quiero sonar negativo: sí hay cosas buenas que duran mucho tiempo, incluso para siempre. (Digo, hasta que se muere uno de los dos, o de los tres si el recuerdo es más orgiástico). Incluso en la vida es muy interesante revivir esos recuerdos de buenos momentos que siempre hay en nuestra historia. Siempre, esas relaciones que duran requieren esfuerzo, tiempo y ajustes. Por eso valen la pena. Lo demás, a dejarlo pasar!

Si vas a stalkear, que sea el puro gusto del espionaje y el acecho. Si es porque no te has desprendido de la piedra con la que una vez tropezaste... piénsalo mejor y sal a darte una nueva oportunidad.

@LeonardoamayaMD

jueves, 16 de febrero de 2017

Sobre algunas personas tóxicas

Todos nos tropezamos con personas que nos resultan difíciles. Eso es una situación normal de la vida. Pero, quedarte muy cerca de estas personas, es una mala decisión personal. 
Partamos de un principio básico. Las personas somos una curiosa mezcla de situaciones, condiciones, estilos... y muchas veces, rarezas. Y con frecuencia, algunas patologías. Sin embargo, somos capaces de adaptarnos unos con otros. Este es un problema básico en el momento de decidir las relaciones humanas. Sería maravilloso tener "claro" quién nos conviene y quién no. Algo así como una guía de alergias a personas: "fulano de tal te causa rinorrea... y perencejo, diarrea. Evítalos". Pero esto no es real. Las relaciones humanas son más un camino de elecciones y de ajustes. Además, en muchas ocasiones requerimos tiempo para tener claro si logramos compaginar con una persona. 

En estas situaciones, hay una salida falsa que en muchas ocasiones es una trampa: esperar a demostrar que "fulano es mala persona" para alejarnos . La razón es mucho más pragmática: "fulano, en este momento, me parece que no es bueno para mi vida". La trampa de esperar odiar nos suele llevar a permanecer mucho tiempo en una relación o situación que no nos conviene. Lo real es que no es necesario que alguien sea terrible para que no nos convenga. La tarea consiste en establecer el balance, o en tener claro que esa persona tiene algunas de las condiciones que nosotros consideramos "no dialogables". Esos puntos que nada compensa. 

El otro extremo también es riesgoso: alejarnos toda persona que nos resulte difícil. Resulta que las demás personas, como tu y como yo, tienen luces y sombras. Mediocre como poesía, pero apabullante como verdad. Si me alejo de todo el que me molesta, puede que pierda personas que me aporten o, en incluso, que me pierda una oportunidad de aprender. 

Algunos consejitos de peluquería: 

  • Ten claro lo que no aceptas en ninguna situación: los "no dialogables"; 
  • Saber que en la vida perderemos personas, y eso no es ninguna tragedia. Por lo tanto, podrás prescindir voluntariamente de algunas; 
  • Que el tomar distancia no necesariamente es una decisión para siempre: puede que pasando el tiempo, creciendo cada persona y cambiando puede que se logre una relación más sana; 
  • Aceptar que no se trata de una condenación del otro; no supones que sea terrible, simplemente, en este momento, prefieres otras opciones; 
  • Entender que las relaciones perfectas no existen. Lo real tiene matices y sombras, como tú mismo; 
  • Y finalmente... que también los demás tienen derecho a alejarse de ti en cierto momento. Quizá sea una oportunidad importante para ambos darse la oportunidad de conocer otros más. 

@leonardoamayaMD

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