jueves, 16 de febrero de 2017

Sobre algunas personas tóxicas

Todos nos tropezamos con personas que nos resultan difíciles. Eso es una situación normal de la vida. Pero, quedarte muy cerca de estas personas, es una mala decisión personal. 
Partamos de un principio básico. Las personas somos una curiosa mezcla de situaciones, condiciones, estilos... y muchas veces, rarezas. Y con frecuencia, algunas patologías. Sin embargo, somos capaces de adaptarnos unos con otros. Este es un problema básico en el momento de decidir las relaciones humanas. Sería maravilloso tener "claro" quién nos conviene y quién no. Algo así como una guía de alergias a personas: "fulano de tal te causa rinorrea... y perencejo, diarrea. Evítalos". Pero esto no es real. Las relaciones humanas son más un camino de elecciones y de ajustes. Además, en muchas ocasiones requerimos tiempo para tener claro si logramos compaginar con una persona. 

En estas situaciones, hay una salida falsa que en muchas ocasiones es una trampa: esperar a demostrar que "fulano es mala persona" para alejarnos . La razón es mucho más pragmática: "fulano, en este momento, me parece que no es bueno para mi vida". La trampa de esperar odiar nos suele llevar a permanecer mucho tiempo en una relación o situación que no nos conviene. Lo real es que no es necesario que alguien sea terrible para que no nos convenga. La tarea consiste en establecer el balance, o en tener claro que esa persona tiene algunas de las condiciones que nosotros consideramos "no dialogables". Esos puntos que nada compensa. 

El otro extremo también es riesgoso: alejarnos toda persona que nos resulte difícil. Resulta que las demás personas, como tu y como yo, tienen luces y sombras. Mediocre como poesía, pero apabullante como verdad. Si me alejo de todo el que me molesta, puede que pierda personas que me aporten o, en incluso, que me pierda una oportunidad de aprender. 

Algunos consejitos de peluquería: 

  • Ten claro lo que no aceptas en ninguna situación: los "no dialogables"; 
  • Saber que en la vida perderemos personas, y eso no es ninguna tragedia. Por lo tanto, podrás prescindir voluntariamente de algunas; 
  • Que el tomar distancia no necesariamente es una decisión para siempre: puede que pasando el tiempo, creciendo cada persona y cambiando puede que se logre una relación más sana; 
  • Aceptar que no se trata de una condenación del otro; no supones que sea terrible, simplemente, en este momento, prefieres otras opciones; 
  • Entender que las relaciones perfectas no existen. Lo real tiene matices y sombras, como tú mismo; 
  • Y finalmente... que también los demás tienen derecho a alejarse de ti en cierto momento. Quizá sea una oportunidad importante para ambos darse la oportunidad de conocer otros más. 

@leonardoamayaMD

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