Lloriquear no factura.Con frecuencia nos enfrentamos a situaciones que resultan incómodas en nuestra vida laboral y personal. Sufrimos, pensamos que el mundo es injusto y que nuestro día es una desgracia.
Yo mismo.
En ocasiones nos decimos que sentimos estar abatidos y cansados. Bien: eso no lo sentimos, eso lo pensamos. son ideas que pueden ser poco conscientes pero muy activas.
Y mientras estamos sufriendo, dispersamos nuestras energías en la inútil actividad de sufrir: esa fuerza que podríamos enplear en hacer hoy cosas que nos aporten a nuestro futuro. Peter Drucker lo decía con una frase que he citado varias veces: Deja de pensar en tus sentimientos, y ponte a hacer tu deber. Ese es un buen camino. racionalemotivo.blogspot.com
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