lunes, 27 de junio de 2011

Unas cuantas verdades

Realmente, los hechos y la verdad suelen tener que ver muy poco el uno con el otro - William Faulkner
Si comes todo lo que quieres te podrás como una foca, si dices todo lo que piensas tendrás problemas con muchas personas, comenzando por tu familia. Si miras todo lo que te gusta acabarás pensando que lo necesitas. - LA.
Dos frases para comenzar la semana. El escritor norteamericano señala un punto significativo y práctico: la "verdad" -sobre todo cuando alguien piensa que la tiene- está muy poco vinculada a los hechos. Frecuentemente nos enfrascamos en discusiones improductivas para defender verdades que realmente son sólo nuestros juicios parciales de un evento. Y la mayor parte de las veces, importa bastante poco si tenemos la "razón" o no. Lo habitual es que tengamos una parte muy limitada de los hechos, y a partir de allí tenemos que decidir casi todos los días. Y además, en la guerra por afirmar que tenemos la razón, nos distraemos de los realmente importante, lo que queremos ganar con eso y nuestra tranquilidad.
Consejo de peluquería: ten claro lo que quieres en cada conversación. En ocasiones simplemente quieres pasar un rato agradable, y lo dañas cuando te metes en cruzadas sin sentido.
De la otra parte se encuentra la siguiente frase. Puedes defender todo lo que quieras la dieta de la cebolla, pero para bajar de peso, hay que cerrar el pico. No es siempre necesario que pases físicamente hambre, aunque la sensación puede ser muy similar. Esos son los hechos. Te toca elegir: o zamparte a gusto todos los postres que te encuentras en el camino o poder caber en los ascensores. Cualquier opción es buena. Lógicamente, si estás gordo como un elefante es probable que mueras antes de un problema cardíaco o simplemente atrapado en tu habitación. Pero tampoco hace falta amargarse cada día sin saber con certeza cuántos te quedan. Es una elección.
Ocurre algo similar con el diálogo. Pienso que una definición funcional de la comunicación efectiva es: todo aquello que logra transmitirse en el diálogo entre dos personas a pesar de los egos y tonterías de cada uno de ellos. También estás en una encrucijada. Si dices todo lo que piensas, no esperes que las personas te respondan siempre con flores. Me parece una mala política, porque suele ocurrir que esas "claridades" en la conversación desvían del objetivo. Uno le dice algo a una persona para que esa persona haga una determinada cosa. Y cuando nos ponemos a defender nuestros derechos, cuando nos sacamos los venenitos que todos alimentamos lo que solemos conseguir es que la otra persona nos responda con una moneda similar, y lejos de nuestra meta.
La última parte es para que pienses antes de sacar la tarjeta de crédito. racionalemotivo.blogspot.com

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